Sobre el amor y otras cosas no menos importantes TAN SOLO UN REENCUENTRO Una historia de Eduardo Minervino
Mierda Gastamos las palabras En alardes plagados de melancolía, Nos empeñamos en romper los parapetos, A los que nos extraviamos por la noche y las luces tenues, No gritamos demasiado fuerte Junto a una cerveza bien fría, Analizamos el paso de los años El país era una mierda La lluvia se llevó el sabor de la resaca se manifiestan salobres. El amor desapareció amargo entre la noche. Las manos siguieron añorando
¿Cuántos años pasaron? ¿Tantos?... No te voy a decir que parece que fue ayer, pero en realidad me acuerdo de tantas cosas que hicimos que... Ya se, no digas nada... te entiendo... Parece que no, pero en realidad, los años pasaron. Si, ya se, vos no sos la misma ni yo soy el mismo, es cierto. Pero por algo estamos ahora acá ¿O es pura casualidad? Podríamos decir como Fray Luís de León: “Como decíamos ayer”. ¿Te acordás? A estas palabras las pronunció cuando volvió a sus cátedras en la Universidad de Salamanca, después de casi cinco años de cárcel sufridos por mandato de la temible Inquisición española. La reflexión, querida, es inevitable: se puede volver de las acusaciones y la humillación sin odios ni rencores, reconocer nuestra falibilidad humana y partir desde hoy sólo vivir el presente mirando al futuro. Es un buen ejemplo, ¿No te parece? Dejame que te lea parte de un poema. Es de Rafael Pombo. Me gusta y viene al caso:
“Como Fray Luís
tras de su largo encierro ¡No es tarde,
es tiempo! Olvida la ígnea huella Mírame en estos
ojos que tu imagen
Escúchate a ti
misma entre el concento
Si, a eso también lo entiendo: La vida no es solo poesía: Pero, vos lo sabés, por que lo hemos hablado en otra oportunidad. Para los poetas, la vida si es poesía. O lo que es mejor, en cada poesía ponen su vida. Yo tengo mí parte de loco y de poeta. Y en todo lo que hago pongo mí vida. La juego, si hay que jugarla... Sonreís, claro... te acordás seguramente de algunos pequeños vicios que compartíamos con Osvaldo. Y si, nos gustaban las carreras. Y la pasábamos bien. Pero ese no es el caso ahora. Yo hablo de algo más profundo. La vida no se juega en el Paddock. En cada decisión que tomamos nos jugamos la vida, aunque parezca que no. Y cuando vos llamaste, para encontrarnos después de tanto tiempo, yo estaba seguro que estabas haciendo eso. Y entonces no dudé. Decidí tirar todo a la mierda. Cuando digo todo me refiero a... Vos entendés... Estoy separado hace más de diez años... Y... me gustan las mujeres. Y si, tengo una agenda importante. Pero cuando vos me llamaste te decía, ninguna tuvo razón para estar en ella. Fue muy fácil tomar esa decisión. Si yo te esperé... ¿Cuántos años dijimos?... Ah, no dijimos nada... Dejame que piense... Por lo menos 32... ¡Que pendejos que éramos eh! ¡Y que felices también! Creo que durante casi cuatro años estuvimos juntos todos los fines de semana. Y varios días más. Y siempre hacíamos el amor ¡Estábamos bastante avanzados para la época! Éramos muy libres. ¿Y ahora por qué no podemos serlo? Hum... No me parece un argumento válido, no... Ese tampoco... Mirá... Vivimos “presos” durante...diríamos ¿20 al menos de esos 32 años? ¿Y te parece que ahora que nos encontramos tenemos que seguir igual? Amor... Llegó la hora de volar... La edad no importa... volemos, como alguna vez habrán volado nuestros sueños. Por que yo te soñé muchas veces... ¿Vos también?... ¿Entonces? ¿Miedo?.... ¿Me querés explicar a qué le tenés miedo?... yo no lo veo así, claro... Pero... dejemos de hablar ahora. Vení... acercate... dejame que te abrace... Ya estás por irte... y van a pasar varios días antes que vuelvas. Quiero que sepas que todo lo que viví estos días será imborrable. ¿Por qué lo digo?... No lo se... ¿Qué te suena a despedida? No es por mí... Yo jamás te dejaría ir... Te parece tan solo... es un ataque de nostalgia preventivo. Dale... Se hace la hora... te acompaño a la Terminal...
Final La soledad me pide que nos sentemos a la mesa por estos días como dos caballeros.
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