Una
alternativa descuidada
LA TALASOTERAPIA COMO OBJETO TURÍSTICO
Hipócrates,
el galeno
griego padre de la medicina moderna decía: "El mar cura las
enfermedades del hombre". Tal afirmación encuentra su máxima
expresión en la Talasoterapia, una disciplina que utiliza
todos los beneficios del mar, no sólo el agua, tanto como para curar
las enfermedades, como para tratar problemas estéticos o relajar el
cuerpo y la mente. Las curas de talasoterapia, relajan, tonifican y
revitalizan el organismo.
La palabra "talasoterapia" procede de thalasa que en griego quiere
decir "mar" y terapia (tratamiento). Los tratamientos de
talasoterapia aunque se remontan a la antigua Roma, fueron
redescubiertos en la Inglaterra del s. XIX. Se trata de un sistema
terapéutico natural que abarca tres ámbitos: el agua del mar
(hidroterapia), el aire marino (aeroterapia) y la radiación solar
(helioterapia).
En estas curas marinas el agua se aprovecha como fuente termal,
recogiéndose a diferentes profundidades para asegurar su pureza, y
se aplica a temperaturas que oscilan entre los 10º C y los 40º C.
dependiendo del objetivo del tratamiento. En muchos casos se
complementan con presión, burbujas o ultrasonidos.
El agua marina es tan beneficiosa que muchos profesionales de la
medicina recomiendan a sus pacientes paseos por la orilla del mar
para sanar determinadas enfermedades.
¿Dónde radica el secreto de esta fuente de vida y belleza que es el
agua de mar?
La materia prima de la Talasoterapia, el agua que procede
directamente del mar,
cuenta con unas propiedades especiales entre las que se encuentran
la salinidad,
su movimiento y su densidad. Todos esos factores, contribuyen a que
el agua constituya por sí misma un recurso estético además de
terapéutico, enormemente aprovechable.
Los beneficios que sobre la piel tiene la talasoterapia o, lo que es
lo mismo, los baños de mar, se deben no sólo a la cantidad de
cloruro sódico (sal); también intervienen el oxígeno, el nitrógeno,
el gas carbónico, el yodo, el flúor, el cobre, el hierro, el cinc...
La absorción por parte de la piel de todos estos elementos se
traduce en una serie de efectos beneficiosos, como la mejoría del
sistema circulatorio.
Los baños de mar constituyen una terapia idónea para aquellas
personas que sufren problemas de varices y de circulación en
general.
El efecto terapéutico del agua de mar se produce a través de
diferentes vías:
Por contacto con la piel, por contacto directo con las mucosas, a
través de la inhalación
y por la acción dinámica de las olas y las mareas. El aire marino,
saturado de microgotas de agua de mar en suspensión, es rico en
yodo, ozono y iones negativos, lo que le confiere propiedades
antibióticas, calmantes del sistema nervioso y estimulantes sobre
las defensas del organismo. El agua de mar es rica en
oligoelementos, perfectos para revitalizar y embellecer la piel.
Tantas y tan positivas propiedades han propiciado todos esos
tratamientos específicos de belleza que conjugan la talasoterapia
con la estética facial, con los tratamientos
reafirmantes- envolvimientos y modelajes como fórmula para recuperar
la línea-con
las técnicas para piernas cansadas-(presoterapia) combinados con
talasoterapia.
Pregunta
¿Por qué,
entonces, nada se hace en Villa Gesell con la Talasoterapia?
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