Porque la vida continúa

POEMAS SIN DUEÑA

 

Tengo

Tengo una paciencia que me dura

hasta que me pongo re loco,

y un sueño que se va cuando me duermo.

Tengo una soledad que se acaba

cuando viene alguien

y unas ganas de llorar

que se van cuando lloro.

Tengo un hambre que me dura

hasta que como

y una pena intermitente

que se apaga cuando soy feliz.

Tengo una sed que se esfuma cuando bebo

y unas ganas de verte

que no se van ni cuando estás conmigo.

 

Pruebas

Probé la poesía, la música,

el baile, el trabajo, la amistad.

El descanso, los olvidos, la comida, las dietas.

La familia, los viajes,

el silencio, el gimnasio, el deseo.

El dinero, las copas, la sensatez,

el cuento, la rabia, la ansiedad.

Y de todos fue el sexo quien más me impresionó

porque la inteligencia tiene un sexo voluptuoso,

las letras un sexo inquieto y el arte…

Un sexo devorador

 

Suele suceder

No pasa siempre;

sólo ocurre cuando,

ocupando mis sentidos en otras sensaciones,

olvido por un mínimo instante

la profundidad que nos une.

Miro tu ropa ahí colgada,

o tu cartera, tus cigarrillos;

encuentro alguna ropa interior

dudando entre equilibrio y suelo,

cualquier cosa que represente tu existencia;

Así, como si fuese de pronto;

como si una hora antes tu presencia no existiera,

tomo conciencia de vos

y retomo, nuevamente,

la escena de profundidades

y felicidades ciertas.

 

Piedritas y barquitos

Voy a seguir
tirando piedritas a tu ventana
para ver si una noche
te asomas y alumbras
con tu sonrisa mi camino de regreso
y pueda por fin, dormir tranquilo.
Voy a seguir enviando
barquitos de papel, hechos de mis cartas
para ver si alguno logra cruzar
este mar de distancia entre nosotros ,
y no se hunden
y no naufragan
y traen de vuelta tus palabras
y tu mirada.

 

Mariposas

Suave llegas a mi lado, mariposa en la siesta,
siembras en mi costado todas tus dudas.
Metáfora de mí, hablas de mis cosas
mejor que yo mismo,
desde la experiencia de mi agua y de mi tierra.

Suave llegas y te quedas, mariposa en la tarde,
habitas mi silencio desamueblado.
Extranjera de mí, desarraigada,
buscas el pasaje
que te aleje del desorden del destino.

Suave llegas a mi lado, mariposa, tan breve,
y sé que amo tu errático vuelo.
Extensión de mi voz, te desvaneces
en un momento de aire,
después otro...
y te pierdo de nuevo

 

Cucharita

Acurrúcate a mi lado
cuando sientas frío.
Deja que mi calor
se derrame por tu piel,
completamente.

 

Transmutación

Con tus lágrimas haremos
alas de gaviotas sonrientes
que volarán hacia el mar
alejando la tristeza
que te envuelve.

No estés triste, porque yo,
si estás triste, me deshago
y pierdo el alimento
de tu sonrisa cálida.
Tu alegría me da la vida
como el sol, la luz y el calor.

Por eso quiero verte contenta,
para no verme solo,

para no verme triste.

 

Descanso vulgar
A veces me figuro que estoy enamorado,
y es dulce, y es extraño,
aunque, visto por fuera, es estúpido, absurdo.
Las canciones románticas me parecen bonitas,
y me siento tan solo
que por las noches ,
bebo más que de costumbre.

Me ha enamorado Nora,

me ha enamorado Graciela y,

alternativamente, Liliana y  Mariana,
y, alternativamente, soy feliz y lloro.
No soy muy inteligente, como se comprende,
pero me complace saberme uno de tantos
y en ser vulgar encuentro cierto descanso.

 

Quedate

Si te vas no te quedes

siquiera en mi recuerdo.

No me esperes ni te detengas,

no me hagas pegar la vuelta .

Si te vas, no me llames

ni me mientas

no me grites ni te des vuelta

Si te vas no me busques

ni te arrepientas.

Si te vas no toques

siquiera el timbre o la puerta

Pero mientras no te vayas

quédate desnuda  y bien despierta.

 

Construyendo ríos

Una obrita extra escrita mientras tomo un buen vaso de Alamos Bonarda 2004

 

Con la saliva que gastaron mis enemigos para injuriarme,
construí un río en el que navego por las noches
con sus novias o sus hermanas.

Con las piedras que me arrojaron,
construí la casa en la que vivo como un rey.
Si las pedradas siguen,
haré un edificio, lo venderé y seré rico,
mientras ellos ejercen su derecho a putear de envidia.

Con las balas que me tiraron,
construí un árbol de pólvora:
al encenderlo se forma la vía láctea.

Con las palabras que me arrojaron,
escribí varios libros.
Cuando se dieron cuenta,
que en vez de enemigos,
eran mis mejores publicistas y exigieron regalías.

Agotado su supermercado de palabras, balas y piedras,
me declararon periodista independiente y poeta notable.

Yo sigo, mientras tanto,
escribiendo poemas en servilletas que robo de los bares
y escribo editoriales que imagino cuando me río de ellos.

Ahora que están muertos,
siento que algo me falta.

 
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