La columna de Jorge Fava

FALTA UNO Y ESTÁN TODOS

 

Hace justo diez años, Buenos Aires se conmovía con los festejos del BICENTENARIO de La Revolución de Mayo. Fue una celebración maravillosa de varios días, que volcó a millones de argentinos a las calles de CABA, que se descubrieron hermanados en una misma nacionalidad de la Patria Grande Latinoamericana.

Todas las repúblicas estuvieron representadas por sus presidentes/tas. Allí estaban los que habían logrado el sueño de los patriotas de unir bajo una misma bandera común de libertad, igualdad y fraternidad, a los distintos países que parecían encaminados a borrar las fronteras que nos separaban por los caprichos de la historia, las vanidades personales de políticos de toda filiación y también por imposición de los imperios de turno.

Caminando entre la multitud de una Plaza de Mayo atiborrada, aparecían sin custodia y sin policías a la vista, los mandatarios hermanados bajo una consigna de liberación y de destino común. Las figuras de Cristina, Néstor, Chávez, Lugo. Correa, Lula, Evo, Pepe, Santos, Zelaya., se recortaban entre las luces de las farolas y reflectores dispuestos para su caminata hacia el edificio del Cabildo de Buenos Aires que, aunque mutilado en su construcción edilicia, aparecía allí erguido como el único testigo de aquellos tiempos de gloria en que las consignas libertarias se fueron contagiando hasta lograr nuestra Independencia en 1816.

Artistas populares, carrozas conmemorativas, formaciones militares y civiles desfilaron bajo el vuelo de la figura de una esbelta República que miraba desde lo alto eufórica de haber plasmado en los fastos lo que nuestros patriotas habían planeado para las naciones ubicadas al sur del Río Bravo, para diferenciarse del último y pendenciero imperio que perdura, para desgracia de nuestras libertades pisoteadas por tanta prepotencia y saqueo. 

Vinieron años donde la UNASUR, CELAC, MERCOSUR, parecieron consolidarse como instituciones regionales y darle a nuestro conglomerado multirracial y policlasista, la identidad reclamada por la historia común que nos liga mas allá de disputas prefabricadas para mantenernos "divididos y dominados".

Parecía, pero no fue. Las alertas de los poderosos se dispararon y el efecto dominó invadió las democracias trabajadas a fuerza de sangre derramada por los hijos de estas tierras. 

Primero los caprichos biológicos nos arrebataron en lo mejor de sus vidas a Néstor, y al poco tiempo a Hugo Chávez, escultores junto a Lula de aquella memorable reunión marplatense, donde le espetaron a George Busch hijo en su propia cara, que nuestros países no se encolumnarían detrás de la pretensión de conformar el ALCA, con lo que el Tío Sam pretendía seducir a los que habían optado por un destino común propio, y no tutelado por la potencia imperial en decadencia.

Luego vendrían toda suerte de frustraciones, todas elaboradas en los laboratorios del neoliberalismo internacionalizado, que tanto desde la Europa soberbia descalificadora de nuestra democracias, como desde Estados Unidos de Norte América, se empeñaron en sacudir por medio de sus intereses anclados en nuestras economías que se iban liberando poco a poco de las ataduras del capital especulativo que se acunaba y alimentaba en las economías de lo que llaman Mundo Desarrollado.

Así aparecieron los golpes blandos inaugurados en la Honduras de Zelaya, desalojado del poder por la impronta de la gran hipocresía de Obama y su Secretaria de Estado Hillary Clinton. Primer escarnio descalificado con prontitud por Cristina y Lula, que entendieron como nadie que ése era el principio de una nueva época que no auguraba buenas intenciones del imperio para con nuestros gobiernos.

La pelota de la historia fue rodando, y en el Paraguay que había descubierto su identidad junto a los mismos pueblos que lo habían diezmado en la Guerra de La Triple Alianza hasta dejarlo exhausto en manos de bandidos internacionales que envidiaban su desarrollo inédito destruyendo su sueño de progreso para siempre, otro golpe parlamentario desalojaba por un juicio político amañado al ex obispo y presidente Lugo.

Luego vendría la payasada brasileña que terminaría abruptamente con el sueño de trabajadores brasileños que creyeron consolidado un modelo inaugurado por Lula y continuado por Dilma Rousseff, quién soportó otra parodia de juicio político impulsado desde la matríz del LAW FARE con sede en Washington.

Desde allí el desmadre de las instituciones fue el denominador común en nuestras naciones. El recambio obligado por las constituciones hizo que el poder económico internacional comenzara a jugar fuerte para evitar la continuidad de gobiernos que no se subordinaran a sus ambiciones desmedidas, Así los medios de comunicación, las redes sociales de su propiedad, conjuntamente con los poderes judiciales corrompidos y aleccionados en las fauces del "mal imperial", cometieron todo tipo de tropelías persecutorias para encarcelar o destruir los prestigios conseguidos por los líderes en los años de la bonanza latinoamericana.

De una u otra manera los pobres y los trabajadores fueron perdiendo la influencia dignamente conseguida y se vieron violados sus derechos por nuevas administraciones de energúmenos ignorantes que caricaturizan o lo hicieron a nuestras dirigencias, tornándolas delincuenciales y cipayescas.

La otredad argentina, impregnada de justicia social hasta en su más profunda intimidad identiditaria, mas la resistencia en las calles fatigando todas las demandas que el régimen macrista pretendió dinamitar de la mano de su gobierno deplorable, y la obcecación patriótica de una líder política de excepción, como lo es Cristina Kirchner, posibilitó el retorno de las mayorías populares de la mano de la candidatura de Alberto Fernández, gran ausenta de aquellas fiestas mayas de 2010 por su renuncia a  la Jefatura de Gabinete en 2008 luego del encontronazo con las patronales del campo, rescatado políticamente por la lucidez de quién es hoy su vice presidenta.

Este gobierno en la soledad de un Cono Sur monocolor, rodeado de regímenes de derecha fanática, mantiene su identidad y sus convicciones en medio de una deuda externa que desde su asunción lo mantuvo ocupado en su pulseada con los acreedores que acogotan las arcas estatales gracias a la inoperancia delincuencial del gobierno de la alianza UCR-CONSERVADORA y sus lazos con la usura internacional de la financierización neoliberal.

En medio de esta puja, nuestro país fue obligado a participar en otra fiesta compulsivamente, y sin ser consultado. Está organizada por capitalismo financiero internacional comúnmente conocido como neoliberalismo. Los festejos comenzaron hace muchos años pero tratábamos de mantenernos alejados. Las potencias ponían sus condiciones y los cabarets en los que se bailaba al ritmo de invitados como la hipocresía, el despilfarro, el hedonismo, la destrucción del medio ambiente, la explotación de los trabajadores, el turismo todista, el calentamiento global, el materialismo descontrolado, la explotación desenfrenada de los recursos naturales en todo el planeta, la usura endeudadora, la mentira. Ese circo global se trasladó por todo el orbe y en muchas regiones del planeta no faltaron casi ninguno de los invitados. Hoy se ha hecho simultánea la participación y con gran éxito ha llegado a estas tierras. 

El convidado sorpresa, el inesperado, es el Covid-19, el coronavirus. Nadie lo conocía, sin embargo fue traído gracias a los buenos oficios de viajeros desinteresados de todo, que sin importarle en lo más mínimo la vida de sus conciudadanos se fueron en ese periplo desesperado del turismo todista, del turismo enrostrador  para sus amistades y parientes, aún sabiendo que la OMS había declarado la pandemia a nivel planetario. Tan buenos anfitriones resultaron que trajeron no una, sino 4 cepas del virus maldito.

Llegó también, o mejor dicho estaba aquí en varios países vecinos pero se hacía notar mas en unos que en otros, el hambre,  que ahora ha potenciado su presencia en una forma muy notoria, haciéndose ver como un expectable invitado capaz de arrancarle las lagrimas a millones de desocupados y excluidos.

Otra señora que nunca es invitada, pero se las arregla para colarse en todos los eventos, es la muerte con sus distintas caras que ahora se muestra en todo su esplendor hasta agotar los espacios en los cementerios.

Por último, está invitada otra señora, que aún no ha llegado pero mandó sus avanzadas mediáticas anunciando su llegada, y siempre hace de la mano de otras féminas, como lo son la mentira, la ambición, la desolación. Esperamos que esta señora que deambula por todos los territorios como huésped de todos los imperialismos, no arribe nunca a esta fiesta descontrolada, pero puede hacerlo vestida con sus distintos ropajes o disfraces. Pueden ser confrontaciones civiles, étnicas, entre países. Eso sí siempre hay intereses económicos en sus motivaciones.

Hablamos de la última desgracia y a la que ninguno quiere ver ni cerca; es la guerra, el último invitado que falta: los demás están todos.

 

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