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Historias perdidas LA BICISENDA El Arquitecto Carlos Martina era Concejal y Mauricio Villate Secretario de Obras y Servicios Públicos. Corría el año 1997. De acuerdo a las tendencias que se venían dando en las principales ciudades del mundo, con buen tino, Martina impulsó la creación de una bicisenda, con el fin claro, tal como su nombre lo indica, “ser un camino o senda transitado exclusivamente por bicicletas”. Varios son los objetivos concurrentes que justifican la obra vial en pequeño. Pero uno se destaca con claridad del resto: La seguridad de los ciclistas. Historiando un poco más, recordamos que el Arquitecto Musotto había construido, durante la gestión Taboada una senda peatonal que podríamos llamar “peatosenda”. Ambas corren paralelas en el Boulevard Silvio Gesell. La bicisenda atraviesa también el parque temático y llega hasta Avenida Circunvalación. Hasta acá, todo maravilloso. Ahora viene la pregunta: ¿ Por qué ancianos, ancianas, señoras, señores, jóvenes de ambos sexos juntos o separados, madres con hijos, hijos con madres, padres con madres, madres con padres, parejas permanentes o circunstanciales, perros y hasta caballos, con sus amos, circulan por la bicisenda y no utilizan la “peatosenda” o la mano correspondiente del Boulevard? Y otro interrogante más: ¿Por qué los ciclistas debemos esperar pacientemente que se nos permita el paso cuando deberíamos utilizar la vía libremente para circular libremente? Y otro más ¿Es que no existe cultura ciudadana, respeto por las normas? Ya se no diga nada. No... No existe. Por eso, lo de la bicisenda es una historia perdida. Pero yo, ciclista empedernido, ya le encontré la vuelta. Hago mis recorridas habituales a toda velocidad, sin ningún problema con mi bici de 21 cambios. ¿Cómo? Je... Es muy fácil. Voy por la “peatosenda”. Le aseguro que no me cruzo con nadie.
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