• La vida continúa

    POEMAS SIN DUEÑA

     

    Recuerdos

    ¿Qué recordamos cuando recordamos
    la imagen real o la imagen
    distorsionada?
    ¿Qué es lo real? ¿Qué es lo
    distorsionado?

    Los muertos dejan al partir
    sólo su propia vida
    es decir, un legado inconcluso
    de triunfos y derrotas.

    Los otros —siempre los otros—
    se encargarán con los años
    de convertir
    esa historia
    de bellos renunciamientos
    en una obscura suerte de leyenda.

     

    Ocaso

    Un día sabré que no eres eterna,
    que no exhalas lavanda
    ni es miel tu sudor;
    que tu piel no es canela
    ni tu cabello jazmín.

    Sabré que no naciste para mí,
    que tus manos no crean mi mundo
    ni tus lunares mi cielo;
    que tu caricia no pone el sol
    y que tu risa no es dueña del tiempo.

    Sentiré al fin la infinita pena,
    la soledad de los astros y
    la impotencia del mar ante la luna.

    Sé todo esto
    con la misma certeza
    de que ese día
    no tendrá ocaso.

     

    Viento

    Cesa el viento,
    se han ido los fantasmas;
    tierra de nadie

     

    Dolor

    Duele la pasión
    argumentando gritos
    en tu pupila

     

    Arena

    Gime la arena
    llena de caracolas,
    espuma de mar

    Inviernos

    Uno tras otro
    llegaron los inviernos
    segando poesías

     

    Huidas

    Huyendo de fantasmas
    pasados, exorcizo jirones
    de mujeres sombrías,
    enarbolando dagas.

    Ánimas danzando al calor de una brasa
    apagada.

    Olores

    Olor a celda vacía,
    libertad rota,
    letargo del sentimiento,


    Sábanas

    Entre sábanas de olvido,
    suspiro
    cercenado por la mañana antigua.

    Clarísimo

    Está claro que vos sos vos,

    que yo soy yo, y que juntos podemos hacer un nosotros.

     

    Sin embargo debo decirte algo,

    dejarlo bien en claro.

     

    Te reconozco como una persona

    que posee sus propios síntomas, su propia dulzura

    con sus ansias individuales, sus propias decisiones.

     

    Pero todo cambia al leerte.

     

    Es como si estuviese mirando un espejo

    y es que... te reconozco con solo leerte

    como si fueses una parte mía.

     

    Para vos

    Morir de pie descalzo,

    tirado sobre la playa no vencida por el viento más iracundo.

    Descansar horizontalmente erguido.
    En fin, correr  dormido entre tus sábanas
    celestes en las noches más frías del invierno.


    Dártelo todo.

    Imprimir velocidad  metafísica a los sentidos

    para odiarte y amarte siempre, como nadie,

    más allá, más allá aún del dolor del desconcierto...
    Más lejos todavía

    de mis mayores fuerzas infrahumanas y sobrehumanas.
    Dártelo todo.
    Todo es todo: vísceras, células, corazón, pulmones,
    estómago, cerebro,
    huesos
    mis miedos
    mis utopías
    mi cesta de reciclaje.

    Llorar con desconsuelo de alegría.

    Reír sin mover un músculo.
    Vivir de pie arrodillado blasfemando y orando,
    glorificando y maldiciendo.
    Dártelo todo.
    Todo es todo: serenidad, ira, complacencia, odio,
    amor, pecado, paz,
    desconsuelo
    tus miedos
    tus utopías
    tu cesta de reciclaje.
    Dártelo todo.
    Todo es todo: imaginación, pesadilla, paradoja,
    pensamiento, ilusión,
    demencia
    nuestros miedos
    nuestras utopías
    nuestra cesta de reciclaje.

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