![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
![]() |
Los medios y la participación de la “gente” MENTIRAS COTIDIANAS La participación popular en los medios de difusión forma parte de la estrategia desplegada desde los sectores de dominación para hacer creer que quienes llaman, escriben mensajitos de texto o mandan videos, están construyendo la historia. En Villa Gesell, este concepto se pervierte más aún, ya que se manipula esta participación hasta el hartazgo, tratando de generar con ella, condiciones de antagonismo con el gobierno local. De esta manera, tienen a “la gente” en el living, mientras los políticos opositores y quienes hoy por hoy son los verdaderos generadores de opinión, están en la cocina del poder.
“Una comunicación indecente (es decir,
desprovista de valor intelectual, de decencia, de cultura) y
manipulada (es decir, engañosa, bajo las múltiples formas que pueden
inducir al error a aquellos que la reciben) priva a la población de
medios intelectuales para defenderse. Un país no se puede considerar
una democracia si una gran mayoría de su población está sometida a
una comunicación manipulada y a una información fundamentalmente
falsa.”
Para que se esta circunstancia de participación espontánea o manipulada, como se da en un par de influyentes medios locales, hacen falta que de den ciertas circunstancias históricas especiales. Una de ellas tiene que ver con el vacío comunicacional existente, lo que de deja un territorio liberado, ocupado por oyentes que se han acostumbrado a recibir este mensaje, hasta hoy único. Hábiles comunicadores, quienes conducen los distintos espacios y dirigen medios, juegan con los oyentes , televidentes y participantes del correo de lectores, un juego en el que no tienen contrincantes. Y subiendo la apuesta, más de una vez, se han lanzado a impulsar movilizaciones, medianamente exitosas, es cierto, pero han logrado llevar esa “gente” frente a las mismas barbas del Intendente. A nivel nacional esto adquiere características
casi de sainete. Quienes participan de la estrategia de los grandes
medios, se suelen creer columnistas influyentes, cuando, en
realidad, solo se suman al coro de los “espontáneos colaboradores
rentados” que trabajan cotidianamente, respondiendo a guiones
preestablecidos, poniendo e imponiendo la agenda conveniente para la
oposición. La “gente” puede participar de la encuesta en el portal
del diario. Puede mandar un video para denunciar el robo en la
esquina de su casa. Puede mandar un mensajito de texto y hasta puede
jugar con algún conductor prendiendo y apagando la luz mientras una
cámara refleja esa grandiosa participación. Todos esos espacios
perfectamente delimitados y acotados a un formato estricto son los
que constituyen la “participación popular”. Falacia. Nadie puede
pensar que el que va a saltar frenéticamente a la hora del Prende y
Apaga está participando en alguna construcción trascendente. Se
trata de incorporar esa “participación” para lograr esa idea de “la
gente está con nosotros”. Visible en las tácticas del Grupo Clarín
por su dinámica de partido político. La misma dinámica, tienen en
Villa Gesell un par de medios, transformados ya, en un partidos
políticos. El pueblo, (quitamos la entelequia “gente”) tiene que entender que es realmente protagonista, cuando ocupa la calle, se moviliza, vota, exige a sus elegidos que cumplan con lo que prometieron. De otra manera, solo forman parte de la gilada útil. Los saludos a la tía, a la novia, al hermano, son previos al estallido de las redes sociales. La participación, si puede llamarse participación, aparece con el inicio del período democrático y se consolida con dicho estallido, el abaratamiento de la tecnología y la universalización de Internet. El saludo como fenómeno aparece en las radios tanto comunitarias como comerciales a principios de los ’80. Muchos de esos llamados son simplemente saluditos que a nadie importan. Realmente no se puede asociar eso con participación ciudadana. Es esta cosa de aparecer en un medio casi como cosa cholula. En realidad mandar mensajes a un familiar de uno a través de un medio de comunicación no tiene mucho sentido cuando uno puede levantar el teléfono. Ahora, el tema de mediatizarlo implica un modo de pertenecer a una lógica por la cual los medios tienen una centralidad que no tiene el llamado y el contacto uno a uno. El contrato de los medios con la gente tiene
que ver con la idea de satisfacción al cliente. ¿No hay acaso
clientelismos propios de los grupos medios o altos? Se trata de un
clientelismo menos perceptible y de resultados más inciertos. “Uno
puede ser un feliz portador de ideología sin saberlo, uno puede ser
un inocente portador de ideología porque simplemente es un pelotudo,
no necesariamente un mal tipo. La opinión pública está pensada como
consumidora clientelar. A veces con la palabra clientelismo se
asocia a los sectores populares y, en general, cuando uno empieza a
ver en los distintos estratos de la sociedad donde aparecen
prácticas clientelares, no sólo en términos vinculados con qué rol
cumple el sistema político tradicional sino con qué rol cumplen
otros sectores de poder dentro de la sociedad, aparecen ciertas
lógicas de toma y daca que siempre se les achacan a los votantes de
los partidos populares o masivos. ¿Y el gobierno Nacional y el Municipal? Nada… Van “corriendo lejos y juntando gorras” como dicen los muchachos burreros. |
||
ATRÁS | ADELANTE |