Néstor Kirchner y la militancia

LA FUERZA DEL DEBATE, LA IDENTIFICACIÓN IDEOLÓGICA, LA UNIDAD Y LA ORGANIZACIÓN

Néstor Kirchner pronunció un discurso dirigido a la militancia que me impactó. Decía entre otras cosas: “Tenemos que volver a reconstruir el espacio de los militantes, de los cuadros, tenemos que volver a valorar la política. No queremos que se repita la mecánica casi empresaria de la política que tiende a acomodarse de los amigos y de los compañeros para utilizarlos en cuestiones electorales. No queremos tropas “disciplinadas” que a todo digan “si”. Queremos tener compañeros y compañeras que piensen, que nos digan la verdad, que tengan capacidad transgresora, que nos ayuden a equivocarnos lo menos posible. No queremos más la práctica del culto al individualismo, a la personalidad y a la teoría del jefe. Esas teorías que tanto daño le han hecho a la política. Queremos que los locales políticos no sean locales de “trenzas” donde nos juntemos solo a tomar unos vinos o a comer asados. Queremos que sean lugares de meditación, de formación, de conciencia cívica, que tiendan a consolidar una Argentina diferente. Queremos que definitivamente se termine la idea de la clandestinidad de la política Queridos compañeros y amigos: Tenemos que volver a recuperar las ansias de la participación, pero nosotros mismos debemos hacernos la autocrítica y entender que la política no puede ser una herramienta para buscar el beneficio personal. Si los militantes y los dirigentes políticos entienden que tienen que ser los que den el primer ejemplo, les puedo asegurar queridos amigos y amigas, compañeras y compañeros, que estaremos dando un salto cualitativo. Esto es tremendamente importante, tenemos que dar ese ejemplo y evitar las tentaciones.”

Tomado como tal, es un modelo a seguir por los militantes de todos los campos. El mío, asumido con absoluta convicción y sin simulaciones, es el del periodismo. En el desarrollo profesional jamás fui tibio. Fui, soy y seré militante del campo nacional y popular en la vida y en el periodismo.

No creo en la supuesta “neutralidad objetiva” del periodismo. Esta es una caricatura grotesca. No hay lugar a desdoblamientos: O se está con el modelo nacional, popular, democrático, el de la Ley de Medios, el que reivindica y defiende los Derechos Humanos, el de Papel Prensa, el del Matrimonio Igualitario, el del ANSES, el de Conectar Igualdad, el de la Asignación Universal, el de YPF, el que hizo que se vuelva a hablar de política… Y mucho más o se está con la ceocracia macrista, con los medios hegemónicos que defienden este modelo que favorece a los opresores de los pueblos.

Pero, no solo hay que ser fuertes. Tenemos que estar, como se decía en Vélez, “Unidos y organizados”.  Hoy esta alternativa, aún superadora, se da en la UNIDAD CIUDADANA.

Tal como ha dicho el periodista cubano Ernesto Vera: “La mentira es fuerte porque está unida en torno a una estrategia Imperialista común. La verdad es débil porque está dispersa y no está unida en torno a una estrategia Antiimperialista común.” Solo desde esta perspectiva tomará sentido y concreción una nueva ética del periodista.

Desde los medios del oligopolio, los lenguaraces y escribas más dependientes del país, tanto por una cuestión ideológica o económica, hacen permanentemente mención de su pertenencia al periodismo libre e independiente y cuestionan a quienes son capaces de asumir, desde una claro posicionamiento ideológico al pensamiento nacional, integrador, popular, revolucionario y desde su lugar trabajar para consolidarlo. Cuando se asume esta actitud militante, se exalta la ética. No se vende pescado podrido. Y nosotros estamos de este lado. Somos militantes del campo nacional y popular en la vida y obviamente, también, en el periodismo

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