A pesar de la mala leche, está cercana la solución al conflicto del transporte urbano de pasajeros

BALDAZO DE AGUA FRÍA

Finalmente, el tiempo, parece darle la razón al intendente Gustavo Barrera. No hizo ninguna concesión a sus principios: Dijo NO a la 25 de Mayo y soportó presiones de la UTA, aseguró el transporte escolar, dijo que la tarifa no superaría a la vigente, se puso siempre al lado de los trabajadores prometiendo que aseguraría su continuidad laboral y su antigüedad, cualquiera sea el sistema que se implemente. Fue quien ante la mala leche de los que ponían palos en la rueda, siempre buscó la solución definitiva. Con la presentación formal de la empresa jujeña-capitalina, todo parece cerrar como los geselinos lo deseaban. Habrá que ver ahora cual es la actitud de la dura UTA y de la OPO conducida por  el presidente del HCD Héctor Luís Baldo, quien, hasta último momento, seguía defendiendo los intereses de Pereyra y Medina, Secretario General de la UTA Seccional Mar del Plata y de una empresa que informalmente pidió todo sin ofrecer nada y abogando por una tarifa de $ 20. Además por fuera de la Ley pretendía que los geselinos pagaran a través de la Municipalidad los salarios que aún adeuda Pereyra.

 

¡Llegaron los colectivos!

Finalmente, para la alegría de muchos y la bronca de pocos, llegaron las primeras unidades que prestarán, apenas se cumplan algunas cuestiones formales, el servicio regular del transporte de pasajeros. La mejora en la calidad del servicio será notable, los trabajadores no tendrán que sufrir cada mes por el cobro de sus salarios.

En la calle hay alegría. Aunque en lo oscuros laberintos de la desconstrucción política de CAMBIEMOS línea 25 de mayo, la ira prevalezca.

 

Los malos y la hora de los buenos

No se entiende la necesidad que tiene algunos políticos de hacer el mal. El mal es uno de los dos caminos y lo eligen. El bien está allí y no lo hacen.

Los cuestionadores de siempre no construyen nada. Están en lucha permanente. Como el bien y el mal. Por estas playas, se viven permanentemente episodios de esta naturaleza: Los que de cualquier manera quieren ser parte del poder que ya no tienen, no trepidan en hacer mal Villa Gesell operando en forma espuria medios de prensa y redes sociales.

El resultado final, está cantado: El fracaso del mal, en su pulsión destructiva totalitaria, es inevitable, justamente porque siempre hay gente que sale del círculo de la venganza y se dispone a perdonar lo pasado, para no perder el futuro. A construir sobre lo destruido. Y allí estamos la mayoría. Es de esperar que nuevos geselinos se sumen. Que no tomen malos modelos como ejemplo.

Villa Gesell, poblada por buena gente, se merece buena acciones de gobernantes y también, claro está de sus habitantes. Los malos, esta vez están perdiendo por goleada y luego del resultado final, se irán al descenso.

 

Final, por hoy

Cuantas veces se ha escuchado y dicho por parte de muchas personas, en los distintos ámbitos sociales, económicos, políticos,  que "Los Honestos No Llegan" (a la función pública y exitosamente).

Por supuesto que para los intereses del conjunto, de la sociedad, estos personajes son negativos, pero ellos han logrado lo que querían: estar, y sin mayores inconvenientes, consolidando situaciones económicas, sociales, y políticas, que en situaciones de transparencia nunca hubieran   logrado.

Cada uno y la sociedad, deben preocuparse para que los Buenos Lleguen. Es su obligación. La culpa no debe ser endilgada al meritorio, inteligente, sensible, que es perjudicado.

Decir que la política es sucia y que por eso los Buenos Nunca Llegan, es negarse a hacer algo por cambiarla, o apoyar a quienes sí lo hacen.

Allí parte el problema. Por esa gente, escéptica, que no cree en ideales y realizaciones altas, se justifican personalmente y tratan de acomodarse a lo "que está". No creen en el progreso y el cambio. Le temen y por ello lo desalientan. Si Usted está del lado de los Buenos que hasta ahora no llegaron, es hora de comenzar su lucha para llegar.  Por que los cambios se hacen desde el poder. Y para llegar al poder hay que militar en política.

Es imposible hacerlo desde el café. Y mucho menos desde el Café de los Escépticos.

 

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