La vida continúa

POEMAS SIN DUEÑA

 

Papeles

Llueve.

Le falta Norte a mi memoria

Suicidado de espantos

Hurgo este cementerio de papeles

Para inventar insomnios

O evocar inexistencias.

 

Dos

Dos poemas hoy escribo,

uno para mi alma,

otro para mi calma,

otro día que estoy vivo.

 

Amantes

Los clandestinos del amor

valoran los breves espacios

en el reencuentro secreto

del momento eterno

guardado por siempre

por los pensamientos

que rondan la penumbra

buscándose en silencio.

Cobijados por el espacio nocturno

los espasmos de locura

aparentemente solitarios

y unificados por la esencia

del amor clandestino

que rompe la distancia

acurrucándose en la espera

del breve espacio

inmortal de las almas

clandestinas del amor

        

Te espero

Ven esta noche,

ven todas las noches,

ven con los pies descalzos,

con tu alma desnuda,

con la sed encendida.

 

Bébete mi sangre, impetuosa y rica,

que tus venas se ensanchen,

toma de mi lo que quieras,

no dejes nada,

déjame vacío,

sácame la vida, mátame despacio

entrégame tu rabia,

deja el mundo en mi lecho.

que cuando tu cuerpo explote, y tu boca calle en un grito ausente,

allí estaré yo, para abrazar tus restos, y cuidar tus sueños.

 

Dolor

Me duele que hayas vuelto.
De repente he sabido que yo estaba
más solo todavía.
Me faltaba saber que me faltaba
tu sola compañía.

Me duele que hayas vuelto.
Dos sendas solitarias que se juntan
en la unión del río y el mar
doblan su soledad.

Y yo ahora siento
la doble soledad de estar contigo.

 

Búsqueda

...¡Por Dios no me interrumpa
que estoy serenamente
mirándome el ombligo.
Con más exactitud:
Estoy haciendo un Máster
sobre la soledad.
Ando a la busca
de un frenético gimnasio
en donde endurecer,
aún más si cabe,
la recóndita
enredadera del cerebro.

 

Poesía

Vengan a ver mi poesía
no está hecha de material ligero
aguantará perfectamente el invierno
y en verano refrescará las mentes y los cuerpos
Hay poderosas vigas entre cada verso
hay columnas apuntalando mis palabras
Y si la lluvia desea entrar
pondré mis sueños en el techo
y taparé las goteras con mi propio dolor

 

Brindis

La soledad me pide que nos sentemos a la mesa
y brindemos por toda esta vida juntos.
Que ya es hora que nos empecemos a tutear
como viejos compañeros de noches e insomnios.
No vaya a ser cosa que me visite la muerte

por estos días
y que ni siquiera nos hayamos presentado

como dos caballeros.

 

Infancia

Te amo, infancia, te amo
porque aún me guardas un pueblo con amigos
una tarde con cielo de barriletes
y el olor incomparable de la tierra.

 

Palabras

La historia
se confunde
en la medida
en que intentamos
explicarla;
añadir variantes
y resultar ilesos.

 

 

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