- Contradicción Fundamental - Documento UCR
CONTRADICCIÓN FUNDAMENTAL- INTRODUCCIÓN
En los albores de nuestra Patria, José de San Martín daba la
libertad a medio continente ante la CAUSA DEL GENERO HUMANO.
A fines del siglo XIX, otro prohombre americano, Leandro
Nicéforo Alem fundador de la Union Cívica Radical, definía el
accionar del movimiento que nacía diciendo: NUESTRA LUCHA ES POR
LA CAUSA DE LOS DESPOSEÍDOS.
Con esta bandera fue encabezada la lucha contra el UNICATO que
tuvo su expresión mas relevante en la REVOLUCION DEL PARQUE el
26 de Julio de 1890, a raíz de la cual posteriormente cae el
gobierno de Juárez Celman. Esta lucha continuo en la búsqueda
del SUFRAGIO UNIVERSAL Y SECRETO generando las REVOLUCIONES DE
1893 Y 1905.
La Union Cívica Radical, ya liderada por Hipólito Yrigoyen
proclama ante el mundo LA CAUSA de la democracia gobernando la
Argentina, LA CAUSA del pueblo gobernándose a si mismo, LA CAUSA
CONTRA EL REGIMEN FALAZ Y DESCREÍDO.
A través del análisis de nuestra historia vemos que siempre
existió el mismo enfrentamiento en el seno de la sociedad
Argentina.
Yrigoyen convoco al pueblo a luchar contra las minorías
defensoras del privilegio y nuevamente fue levantada la bandera
de la LA CAUSA CONTRA EL REGIMEN.
En la actualidad el problema fundamental de Argentina sigue
siendo el mismo. Las minorías defensoras del privilegio
dispuestas a todo con tal de mantener sus prerrogativas,
enfrentadas a la mayoría del PUEBLO ARGENTINO.
Es decir, la causa frente al régimen, la democracia o la
dictadura militar, justicia social o minorías privilegiadas,
liberación o dependencia, pueblo o antipueblo. Esta es la
Contradicción Fundamental en la Republica Argentina de nuestros
días.
JUNTA COORDINADORA NACIONAL
JUVENTUD RADICAL
Republica Argentina, Junio de 1983.
1- Concepto
Damos el nombre de contradicción fundamental al enfrentamiento
principal de sectores sociales en una sociedad determinada, que
por su importancia trasciende el marco de los demás
enfrentamiento sectoriales que existen los cuales adquieren un
carácter secundario y proyecta sus consecuencias hacia todos los
sectores de esa sociedad. En toda sociedad hay gran numero de
conflictos, tensiones y luchas de todo tipo: de orden económico,
cultural, político, religioso, racial, etc; la verificación y
determinación de cual es el conflicto o contradicción
fundamental es la guía mas adecuada para saber hacia donde
debemos orientar nuestra política. Saber determinar la
contradicción principal, sus características, su dimensión y sus
componentes sociales, así como saber elaborar su solución es el
paso fundamental para el análisis de una sociedad y para el
desarrollo de una actividad política correcta.
La contradicción fundamental se expresa de diversas formas y en
diversos planos. Un problema que traba el desarrollo nacional e
impide la realización de un pais el nuestro, por ejemplo- abarca
un complejo de situaciones en todos los ordenes, inseparables
los unos y los otros, de ahí que en nuestro análisis no debemos
esquematizar nuestra visión para reducirla a un solo sector de
la realidad- el político, por ejemplo- sino que debemos estudiar
el problema principal en su totalidad, sus matices y grupos
sociales integrantes, la forma en que actúan y se relacionan
entre si, para encontrar la solución mas adecuada a la
contradicción fundamental, superarla y pasar a un estadio mas
elevado del desarrollo social, seguramente con otra
contradicción principal y otros problemas. Todo debe ser motivo
de un análisis objetivo y desapasionado: la actuación de las
clases sociales, de los grupos de poder, de los factores de
presión, de las organizaciones populares y antipopulares, de las
instituciones armadas, etc.
2- La contradicción fundamental en la Argentina actual.
- Luego de analizar objetivamente la historia Argentina, el
funcionamiento de nuestra economía, de nuestra política y de
nuestra cultura, los jóvenes radicales hemos coincidido en que
la contradicción fundamental en nuestro pais es de carácter
nacional es decir que, lejos de parcializar la zona de
conflicto, este se extiende a todos los ámbitos de la vida
nacional, o sea que nuestro problema principal no tiene como
determinante el conflicto por la distribución del ingreso entre
trabajadores y empresarios, ni pasa por enfrentamientos raciales
o religiosos, ni por la lucha entre un partido político con otro
en los procesos electorales. La contradicción fundamental que
sufre la Argentina es la que enfrenta a toda la Nación con los
intereses de todo orden que quieren destruirla.
Los protagonistas de esta contradicción son: el Pueblo Argentino
por un lado y el complejo antinacional
oligárquico-monopólico-imperialista por el otro.
La Nación necesita independencia para lograr su realización y la
felicidad de su pueblo. El complejo antinacional necesita, por
lo contrario, un pais debilitado para hacer buenos negocios y
para ello se da una tarea de debilitamiento de la Nación, en
todos los ordenes: económico, político, cultural, moral.
Son dos campos sociales, dos polos económicos, política e
históricamente irreconciliables, a los que también denominamos
Pueblo y antipueblo. Son irreconciliables porque sus intereses
son correlativamente divergentes, es decir que el beneficio de
uno lleva implícito el daño a los intereses del otro y la
evolución del proceso social y económico conduce inexorablemente
a una acentuación de esta contradicción fundamental que se hace
cada vez mas tensa y solo se resolverá con la Destrucción
Integral de uno de sus polos y el Triunfo del otro.
Este carácter irreconciliable entre los intereses del pueblo
Argentino y los de sus enemigos se ira comprendiendo y
profundizando a medida que se avance en el estudio de las
contradicciones y de las luchas concretas del pueblo por sus
reivindicaciones, contra el antipueblo, y la naturaleza
esencialmente diferente de los componentes de ambos campos.
3- Componentes sociales de los dos términos de la contradicción
fundamental.
Al definir a la contradicción fundamental en la Argentina como
una contradicción de características Nacionales, lo hacemos para
comprender la complejidad de su estructura, de su dinámica
interna y de sus expresiones. Con esto queremos decir que el
problema Argentino tiene riqueza en matices mucho mas grande que
si la lucha principal fuera entre trabajadores y empresarios,
por ejemplo, como lo es en algunas sociedades mas desarrolladas.
Componen el campo del Pueblo, la clase trabajadora urbana y
rural, las clases medias (pequeña y mediana burguesía comercial,
industrial y rural), los profesionales, la intelectualidad
progresista y el movimiento estudiantil. Cualitativamente abarca
mas del 95 % de la población y de su trabajo sale la producción
Nacional.
Componen el campo del antipueblo, los grupos económicos y
empresariales vinculados al imperialismo norteamericano, ingles,
europeo y multinacional, la oligarquía terrateniente, los
monopolios exportadores e importadores y de la intermediación, y
la oligarquía financiera.
Cuantitativamente conforma el 5 % de la población y posee en sus
manos la inmensa mayoria del poder económico y de la producción
Argentina.
Históricamente ha tenido el manejo de los resortes económicos y
culturales claves y es el gran responsable del atraso del pais,
por haber utilizado siempre el trabajo del Pueblo Argentino en
función de sus intereses parasitarios.
Párrafo aparte merecen las Fuerzas Armadas y la Iglesia. Si bien
creemos en la necesidad de que la Nación tenga sus F.F.A.A., las
actuales no tienen nada que ver con las que el pais necesita;
pues se han convertido en un ejercito de ocupación de su propio
territorio, para posibilitar así que los personeros del
imperialismo apliquen las políticas que les dictan sus patrones
desde los centros del poder mundial (Vg.: gestiones de Pinedo,
Alzogaray, Krieger Vasena, Martínez de Hoz). Argentina necesita
F.F.A.A. modernas, eficaces, profesionales sin servicio militar
obligatorio y firmemente consustanciadas con la Nación. Las
escuelas militares deben formar hombres de la talla del Gral.
San Martín y del Gral. Mosconi; Uriburus, Videlas y Cia. deben
ser parte de la historia negra Argentina que debemos enseñar a
las nuevas generaciones para que jamas se vuelva a repetir las
circunstancias que posibilitaron que estos nefastos personajes
junto a los ministros de economía antes nombrados vuelvan a
dirigir los destinos de la Argentina, en beneficio de los
intereses del imperialismo de turno y sus circunstanciales
personeros.
La Iglesia Católica a través de la doctrina social y luego de
las Conferencias del Episcopado Latinoamericano de Medellín y
Puebla, se ha preocupado profundamente por el hombre que sufre
...situaciones de pobreza y relaciones de injusticia..., pero
lamentablemente la estructura formal de la Iglesia Católica
Apostólica Romana de nuestro pais no ha participado con énfasis
en la lucha por la democracia y la igualdad de los pueblos de
nuestra América pobre, como lo han hecho Iglesias de países
hermanos.
4- Forma de acción política del antipueblo.
El campo del antipueblo caracteriza su accionar a través de los
distintos sectores que lo conforman. Los grupos económicos y
empresarios vinculados al imperialismo utilizan la política
imperialista mundial de cuyo sistema la Argentina forma parte.
En ese sentido, el imperialismo intenta determinados roles para
los distintos sistemas económicos nacionales que domina o trata
de dominar; normalmente, este rol es el servir de válvula de
escape a las superproducciones y excesos industriales de los
países centrales, no solo de bienes de consumo sino de bienes de
capital y maquinas herramientas. La dependencia de países
neocoloniales, en síntesis, es indispensable para la existencia
del imperialismo ya que de no existir estos sistemas escapes,
las crisis económicas se producirán dentro de los limites
nacionales de los países centrales.
A los grupos imperialista les interesa actuando en consecuencia-
convertir a las economías de los pueblos que sojuzgan en
apéndices del sistema imperialista, aunque esto provoque el
estancamiento y el atraso de los países dependientes.
En algunos casos empujan inteligentemente una falsa política de
desarrollo que posea bases económicas en los países
dependientes, sino que este caracterizada por la subordinación
tecnológica que mantiene a través de sus equipos industriales
excedentes y en desuso que son vendidos a los países coloniales
como ayuda para ese desarrollo. Por supuesto que esta ayuda
nunca esta dirigida a las verdaderas causas del atraso, ni a
sentar las bases de un sistema económico Nacional Autónomo,
autosostenido e independiente, asentado sobre el desarrollo de
las industrias básicas: industria pesada, de bienes de capital y
de maquinas-herramientas. Por el contrario, las característica
de la ayuda es el interés del imperialismo al que no le importa
ni tiene en cuenta las necesidades locales, sino sus
motivaciones empresarias monopólicos.
Por su parte, los sectores entreguistas de la burguesía
desarrollan una acción política imperialista sumamente peligrosa
por la sutileza y aparente razonabilidad y además, por la imagen
de modernista y transformadora de que suele disfrazarse. Es
consecuentemente abrazada por empresarios con vocación de
entrega que luego se transforman en gerentes de monopolios
extranjeros o burguesía gerencia y esconden esta naturaleza
esencialmente antinacional por un leguaje aparentemente
antiimperialista destinado a confundir a las clases populares.
Así, por ejemplo, hablan de romper la estructura
agro-exportadora, de tecnificar el agro, de racionalizar los
servicios públicos y de transformar la estructura
agrícola-ganadera y pastoril de nuestra economía por una
estructura industrial moderna.
Pero lo cierto es que esa vocación de desarrollo es en aquellas
áreas industriales en las que tienen excedentes de equipos
industriales los países centrales. Que la tecnificación del agro
debe encararse sin preocuparse de la transformación del régimen
de tenencia de la tierra, o sea sin realizar la reforma agraria.
Que el desarrollo Argentino debe basarse en el capital
extranjero ya que da por supuesta la aberración de sostener que
el ahorro Nacional no alcanza para financiar el desarrollo.
Sostiene que la única dependencia nacional se produce por la
estructura fundamentalmente agropecuaria de la economía,
confundiendo deliberada e intencionalmente los términos para
después sostener que el remedio consiste en dar a la economía un
desarrollo industrial, cualquier desarrollo industrial, cuando
la verdad es que con un desarrollo industrial dependiente, los
vínculos de dominación imperial son aun mas fuertes que con un
desarrollo agropecuario dependiente, ya que a la denominación
clásica se une la tecnología: el pais queda atado para la
renovación de equipos, repuestos, financiación, etc., al
imperialismo.
En síntesis, este esquema pretende cambiar el contenido
económico Nacional, de agropecuario que no es tal pues existe un
grado de desarrollo capitalista deformado en industrial, pero
sin alterar los términos de las dependencia, e incluso
agravándolos.
La política imperialista no solo encuentra sus defensores en los
sectores entreguistas de la burguesía, sino que también es
defendida por la oligarquía terrateniente- clase social que
ocupa el decanato en política antinacional y por el liberalismo.
Tradicional aliada del imperialismo ingles, la oligarquía
terrateniente defiende el libre empresismo como doctrina
económica para favorecer de esta manera la colocación de sus
carnes y cueros, y coincidiendo objetivamente con los intereses
imperialista. Afianza sus lazos con los monopolios exportadores
e importadores, con los intereses de la intermediación y con los
capitales frigoríficos ingleses, regulando y deformando el
desarrollo económico Argentino.
La oligarquía no es, normalmente, desarrollista. Le interesa
mantener sus privilegios como clase social y su ideología es la
del mas crudo liberalismo, libre aduanista y antiestatista. Sus
intereses se centran en la propiedad latifundista de la tierra y
aprovecha rentas parasitarias a través de las formas
semifeudales de la aparcería, la mediería y el arrendamiento.
Esto no le impide haber desarrollado algunas formas capitalistas
de explotación agraria, pero siempre sobre la base de la
propiedad latifundista.
Su idea como clase es una sociedad con poca población humana y
mucha población vacuna- un habitante cada cuatro vacas como
alguna vez dijo Faustino Fano, ex presidente de la Sociedad
Rural Argentina- y sus concepciones son, sin lugar a dudas,
sumamente retrogradas desde el punto de vista económico.
El vínculo tradicional de la oligarquía latifundista con el
imperialismo se manifiesta por ejemplo a través de los
monopolios exportadores e importadores. Bunge " Born, Dreyfus,
etc., son el lazo económico que completa el circuito
antinacional, teniendo en sus manos la comercialización de la
gran mayoria de la producción agropecuaria Argentina. Los
beneficios de comercio exterior, así, no pasan a financiar el
desarrollo independiente del pais; todo lo contrarió, a través
de la banca privada extranjera o seudonacional, pasa a financiar
la radicación de empresas multinacionales que luego giran
libremente al exterior sus dividendos, royalties, derechos de
marca y fabricación, etc., fortaleciendo de esta manera la
dependencia.
Respecto de la oligarquía financiera, esta instrumenta su acción
política en los países de economía capitalista dependiente como
el nuestro, en base a las líneas directrices que a nivel mundial
son trazadas por los grandes centros del poder financiero
internacional.
A fines de colocar en las áreas claves del gobierno a
funcionarios vinculados con sus intereses, aquellos centros de
poder digitan y respaldan la irrupción de regímenes
totalitarios, generalmente encabezados por sectores
comprometidos de las F.F.A.A., que desde 1930 han actuado de
esta manera sistemáticamente.
A partir de ello, su labor consiste en lanzar determinados
paquetes de medidas cambiarias, arancelarias, impositivas y
crediticias ordenadas desde el exterior, que desalienten la
producción Nacional y favorezcan el establecimiento y
enriquecimiento del mayor numero posible de sucursales
multinacionales y seudonacionales de aquellos grandes grupos
financieros, sin ofrecer trabas para que sus enormes utilidades
puedan ser giradas libre y fácilmente hacia sus oficinas
centrales.
Dado que los gerentes y directores de estos grupos financieros
son a su vez funcionarios del gobierno, por medio de estas
medidas como por ejemplo el manejo de las tasas de interés, la
subvaluacion arbitraria y artificial de las divisas, los
porcentajes arancelarios de la exportación y la importación, y
la política fiscal-, se opera un evidente transferencia de la
riqueza Nacional basada en la producción, hacia los factores de
la especulación financiera, ya que el dinero que ellos manejan,
elemento de por si improductivo, se ha transformado en el eje
del sistema económico.
Así se produce el deterioro del aparato productivo agropecuario
e industrial, el desmantelamiento de las economías regionales,
la caída del salario y la desocupación de las clases
trabajadoras, etc., con lo cual se frenan todas las
posibilidades de desarrollo del pais dependiente.
Por otra parte este tipo de acción política debe estar
necesariamente apoyado en el crecimiento desmedido de la
dominación militar sobre la sociedad civil, con el correlativo
incremento de los gastos de seguridad y la confiscación de las
libertades publicas y las garantías individuales por medio de un
complejo aparato represivo que le asegure el desmantelamiento de
todas las organizaciones políticas y sociales que a través de la
participación popular puedan oponer alguna resistencia en
defensa del interés general, la represión física e ideológica,
la esterilización masiva de la creatividad popular, la
colonización, el manejo de la información, etc., para evitar
todo foco de oposición al sistema, al cual termina por destruir
por completo el aparato productivo de la Nación y lo que es mas
grave, modifica su estructura social en función de lograr que
una ínfima minoria o elite intelectual que mantiene la
posibilidad de acceder a la cultura, con el poder económico y
orientación castrense, gobierne a todo un pueblo económicamente
empobrecido y culturalmente adormecido.
Los intereses del antipueblo tienden pues, necesariamente, a
desconocer las necesidades de las grandes mayorías populares. El
resultado de la política del antipueblo en el poder, defendiendo
sus mezquinos intereses, produce resultados negativos en todos
los sectores del campo popular.
En la clase trabajadora, cuyos salarios son congelados o
minimamente aumentados por la política imperialista; cuyas
fuentes de trabajo son cerradas o racionalizadas, sin crearse
otras nuevas, cuyos sindicatos son intervenidos si protestan:
cuyas conquistas sociales son barridas y negadas y cuyo índice
de desocupación aumenta cada día más.
En los empleados públicos, objeto de irracionales
prescindibilidades llevadas periódicamente adelante con el
pretexto de reducir los gastos del Estado, que se elevan a suma
siderales, no por los sueldos abonados a los empleados, sino por
los derroches armamentistas y el servicio de la deuda externa
contraída con los gobiernos antipopulares.
En los jubilados y pensionados, cuyas cajas son intervenidas y
saqueadas. En los técnicos obligados a emigrar por el
estancamiento del país. En los profesionales afectados por la
situación general de iliquidez; en los artistas y escritores,
censurados y sometidos culturalmente por el oscurantismo
represivo.
En el empresario Nacional no conciliador, perjudicado por la
introducción sin freno de mercaderías extranjeras producidas en
masa y bajo costos, y perjudicado también por la política
crediticia destinada a financiar la radicación de fuertes
empresa extranjeras alas que se les brinda toda protección
oficial. Esto a llevado en muchos casos a la transferencia
directa de auténticas empresas Argentinas al capital
imperialista favorecido por la subvaluación de nuestro signo
monetario.
En las clases medias, afectadas por la dramática situación
económica y el receso e inmovilidad económicas producidos por
políticas antipopulares, además de estar presionadas por medidas
accesorias de distinta índole (leyes de arrendamiento,
limitación del crédito, etc) y por la fuerte presión impositiva.
Y finalmente respecto del accionar del imperialismo, debemos
decir que cuando sus intereses directos corren algún grado de
peligro, no dudan de participar activamente en derrocamiento de
gobiernos democráticos ni en invadir militarmente otros países.
La historia del mundo es rica en ejemplos, pero particularmente
la de América Latina, que desde la Política del Garrote
norteamericana hasta Malvinas nos demuestra que no vaciló ni
vacilará jamás en usar todos los recursos a su alcance para
defender sus privilegios.
5- Expresión de la contradicción fundamental desde 1976.
Además de ser un realidad compleja, la contradicción fundamental
en la Argentina es enormemente grave porque pone en cuestión la
propia existencia de la Nación. Si hay algo que enseñó
descarnadamente el proceso iniciado en Marzo de 1976 es que el
sector antinacional de la contradicción principal en la
Argentina no tiene escrúpulos en la propia destrucción de la
Nación Argentina si ello es necesario para perpetuar su dominio
y acrecentar su poder económico.
Esto quiere decir que no se trata de una simple pugna por
diferentes orientaciones económicas, como si fuera una inocente
discusión ideológica. Por el contrario, la ofensiva antinacional
iniciada en 1976 fue una colosal arremetida en todos los planos.
El objetivo de destruir a la Nación se dio en la economía, es
cierto, pero también en la política, en la educación, en la
salud, en la cultura. Y así como se logró desmantelar el aparato
económico y productivo, también se hizo lo propio con el aparato
político, con la organización gremial y empresaria, con la
cultura Nacional y con la salud del Pueblo. Y hasta con la
conformación mental, con el alma Nacional a la que se intentó
vaciar del contenido tradicional, humanista, solidario y
fraterno para hacerla competitiva, individualista, egoísta,
inhumana. Todo lo que conforma una Nación, lo que hace una
entidad diferente, que posibilita la realización de su pueblo,
fue objeto de ataque despiadado. Hasta la historia que también
se negó y distorsionó.
Por eso se prohibió la actividad política y estudiantil,
desmantelando la estructura política del pueblo. Por eso se
prohibió la actividad gremial de los obreros y empresarios
Nacionales, impidiendo la defensa de los intereses legítimos del
sector. Por eso se amordazó la comunicación social y por eso se
ahogó la cultura, con la censura y la represión ideológica. Y
por eso se pasaron a retiro decenas de cuadros de las fuerzas
armadas que no coincidían con los Objetivos del Proceso llevando
así a la práctica el totalitarismo más absoluto que conozca la
historia Nacional. Detenidos sin proceso, desaparecidos, miles
de compatriotas asesinados, centenares de miles de exiliados y
un pueblo atontado, no son consecuencias no queridas: son un
objetivo fríamente perseguido.
La doctrina monetarista de la Escuela de Chicago fue el
andamiaje ideológico-económico, con el instrumento de la peste
financiera; la doctrina de la Seguridad Nacional delineada por
el Pentágono, fue el andamiaje ideológico-político; la doctrina
del Eficientísmo y de la Subsidiariedad del Estado fue el
argumento para destrozar la salud y la educación públicas. Todo
en el marco de una negación del derecho de libre discusión, de
polémica pública, de cuestionamiento libre a las medidas de
gobierno, en síntesis, de negación del funcionamiento
democrático que, en sí, es una trinchera contra todos los
intentos antinacionales y antipopulares.
Cada aspecto de la realidad que analicemos nos muestra una
expresión de la contradicción fundamental. En cada episodio de
la realidad cotidiana vemos la proyección de ésta opción que
enfrenta a la nación con sus enemigos, desde una decisión
económica que aumenta las tasas de interés con el argumento
anticientífico y caprichoso que deben acompañar a la inflación,
hasta una cultural que fomenta determinado tipo de música
comercial extranjera.
6- La estrategia del antipueblo.
La historia nos demuestra, además, que la estrategia del
complejo antinacional ha sido la de impulsar sistemáticamente la
división artificial de las mayorías nacionales, las cuales, mas
allá de sus diferencias parciales, están unidas por su
contradicción básica e irreconciliable con el antipueblo. Así,
el complejo antinacional a tendido a que los distintos sectores
nacionales se enfrenten entre sí por problemas secundarios,
perdiendo de vista el problema o la contradicción principal.
Esto ha llevado a un debilitamiento de la cohesión solidaria
entre los componentes de la Nación, lo que ha provocado que, por
un lado, nuestro país no haya podido empezar un camino libre de
crecimiento y prosperidad y por el otro que nuestros diversos
sectores nacionales hayan hecho crecer tanto sus enfrentamientos
parciales que han perdido de vista, históricamente, cual es el
problema principal, dando erróneamente a los enfrentamiento
internos el carácter de fundamentales.
Estas dos consecuencias son a su vez causas, porque a raíz de
ellas se agrava el problema principal de nación- antinación.
Ello pasa porque ante la falta de claridad de comprensión del
problema fundamental del país por parte de sus sectores más
importantes, esta desorientación y división artificial es
aprovechada por importantes intereses económicos y políticos
para avanzar de su situación de dominio y perpetuar la
dependencia y desintegración Nacional.
La lucha que por años protagonizaron peronistas y radicales, por
ejemplo, con tener sus justificativos parciales (contradicción
secundaria), perdió de vista que por sobre ella debía existir
una coincidencia fundamental entre ambos en cuanto a las pautas
fundamentales del país que necesitamos. Esta afirmación no
implica distribuir culpas sino hacer experiencia histórica,
comprendiendo los errores que el campo popular cometió al
antagonizar sus enfrentamientos intestinos. Ello dividió
fuertemente al pueblo, a sus conducciones políticas, a sus
clases sociales, y permitió que sobre ésta división cabalgaran
quienes tenían intereses contrapuestos a los intereses de la
mayoría de los Argentinos representados por el peronismo y el
radicalismo.
El perder de vista la cuestión principal posibilitó que los
radicales ayudaran a la oligarquía en el golpe del 55 y que los
peronistas al golpe del 66. Ambos, por encima de sus
justificativos parciales, actuaron sin comprender el tenor de la
contradicción principal del país. Pero lo que es más grave,
permitieron que a raíz de estas actitudes equivocadas, se
ahondaran la división en el seno del Pueblo, debilitando la
fuerza de la Nación para defenderse de sus verdaderos enemigos.
7- Planteo básico de la estrategia del campo popular.
Por lo tanto, si el enemigo de la Nación ha intentado
sistemáticamente imponer su máxima dividir para reinar, nuestra
respuesta debe ser la unificación de las fuerzas que componen el
campo popular, para realizar la Liberación Nacional, pues a la
gigantesca y poderosa alianza del antipueblo, sólo se la podrá
derrotar y vencer con una alianza social más poderosa e
invencible: la que inexorablemente tomará el Pueblo Argentino.
Si bien tanto el campo popular como el antipueblo canalizan sus
diversas formas de acción política por medio de sus expresiones
partidarias, debemos comprender con claridad que no existe un
partido o movimiento que represente a la totalidad del pueblo,
ni movimiento, partido o expresión de cualquier tipo que
represente la totalidad del antipueblo.
Asimismo, la vida política, tanto del pueblo como del
antipueblo, no se reduce a sus expresiones partidarias. Así el
pueblo expresa sus intereses políticamente también a través de
sindicatos obreros, huelgas, movilizaciones, colegios
profesionales, movimiento estudiantil, movimientos agrarios,
organizaciones del empresariado Argentino no comprometido con la
penetración imperialista y organizaciones de la intelectualidad
progresista.
El antipueblo, a su vez, se expresa a través de equipos
ideológicos que integran sus diferentes organizaciones, las
organizaciones del empresariado entreguista y antinacional, de
las organizaciones latifundistas de la oligarquía (Sociedad
Rural) y de la gran prensa, y otros factores de poder.
Esto nos indica que no se debe esquematizar el análisis hasta
concebir a la sociedad argentina en un maniqueísmo sin matices.
Todo lo contrario, la sociedad tiene una riqueza dialéctica en
expresiones parciales de la clase, en contradicciones
secundarias, en circunstancias políticas supraestructurales y en
innumerable motivaciones de orden cultural, moral, efectivo,
ideológico, religioso y político que a veces desfiguran la clara
visualización de la Contradicción Fundamental en una confusión
que asiduamente es empujada por el antipueblo a través de los
medios de comunicación masivos, domina, creando imágenes falsas,
dando noticias distorsionadas o falseadas, etc.; a fin de
fracturar el campo del pueblo enfrentando a las clases sociales
objetivamente aliadas (por ejemplo, trabajadores y clases
medias) parar trasladar el eje de discusión política
ficticiamente de la verdadera opción Pueblo-antipueblo, a falsas
opciones sobre las que perdura su dominación.
Por ello es indispensable identificar con una claridad absoluta
cual es nuestro enemigo. No se trata aquí de una lucha contra
fantasmas. Por el contrario, hay sectores perfectamente
identificados, hay intereses y hay grupos sociales cuya
existencia como tales es incompatible con la Nación. No asumir
esta realidad significaría un error tan grave como peleamos por
problemas secundarios.
Es así que el objetivo fundamental de nuestra estrategia debe
ser unificar a todas las fuerzas que componen el campo popular
en la sociedad argentina, radicales, peronistas, socialistas,
trabajadores, empresarios, clases medias, hombres de campo,
artistas, intelectuales, docentes, amas de casa, unidos también
con aquellos militares que honren a San Martín y a Moscón, para
luchar por la grandeza de la Nación y para derrotar a la peste
financiera, a los intereses parasitarios externos e internos,
para demostrar el esquema de poder construido por los grupos
antidemocráticos, para defender el desarrollo nacional de los
intereses monopólicos de las transnacionales, para erradicar
definitivamente del cuerpo social las lacras de los militares-
financistas o empresarios al servicio de intereses
antinacionales, para que nunca más se ponga en duda en la
Argentina el derecho a la vida, a la integridad física, a la
libre expresión personal o por la prensa, el derecho de reunirse
y de asociarse, el derecho a la seguridad personal, etc. y para
lograr que las FF.AA. se conviertan en la fuerza armada de la
democracia.
La contradicción principal sólo se superará, pues, venciendo a
los enemigos de la Nación, logrando desmontar su funcionamiento
como acumulación de sectores sociales y grupos de poder,
instaurando un sistema político auténticamente democrático
basado en la soberanía del pueblo y estructurando un modelo
económico y cultural argentino asentado en sí mismo en lo
fundamental, sin perjuicio de vincularse al mundo en lo
accesorio.
Detectar con claridad a los enemigos nos maca el límite de
nuestras alianzas y la diferenciación de nuestras luchas. Con el
enemigo hay que luchar, con los aliados hay que concertar.
No podemos concertar con la peste financiera, con la corrupción,
con la violación de los derechos humanos, con el poder
antidemocrático e ilegítimo, con el seguidísimo internacional.
Con todo esto tenemos que terminar.
Pero a la vez, debemos conservar nuestras diferencias y
concertar entre todos los sectores que componen la Nación. No
puede haber más enfrentamientos antagónicos entre fuerzas
políticas populares entre sí, ni entre civiles y militares
comprometidos en la defensa de la Democracia, ni entre industria
y campo, por ejemplo. Todos los conflictos que existe y se
presentan en el seno del pueblo deben tratarse racionalmente,
con predisposición al acuerdo, sin renunciar a legítimos
intereses pero comprendiendo la subordinación de todos a la gran
empresa nacional.
Por supuesto que estos problema secundarios no pueden ser
negados, como si no existieran. Proceder así sería peligroso
porque estaría generando el crecimiento de esos problemas. De lo
que se trata es de encararlos racionalmente, con la comprensión
de su magnitud y con la necesidad de solucionarlos dentro del
campo del pueblo por el sistema democrático.
Esa es la gran lección que nos da la patria. Nunca más debemos
olvidar la diferencia de jerarquía que existe entre el gran
problema nacional y los problemas secundarios.
El tratamiento de los problemas secundarios, la dinámica interna
del campo popular o de la Nación es muy importante, porque es
aquí donde debemos delinear el modelo de economía, de política,
de cultura, de funcionamiento social. Aquí es donde debemos
acordar las pautas de acumulación y de distribución del ingreso,
de desarrollo económico inducido, las metas estratégicas en lo
económico, en lo político, en lo cultural, en lo internacional.
Aquí es donde se expresa aquella afirmación del comienzo de la
gran complejidad de la contradicción fundamental en la
Argentina.
8- Pasos fundamentales para resolver la contradicción principal.
Ahora bien, frente a esta gran complejidad es necesario tener
perfectamente en claro ciertos requisitos fundamentales de la
acción profundamente transformadora a llevar a cabo por el campo
popular, acción transformadora cuya finalidad primordial debe
ser afectar o atacar estructuralmente los intereses del sistema
oligárquico imperialista del antipueblo y llegar a la
destrucción de la oligarquía y el imperialismo como clases
sociales actuantes en el país.
Una política popular quiere la construcción de un sistema
económico cuyo móvil no sea el lucro ni el interés monopolista
ni la especulación financiera, sino que éste destinado y
motivado por la necesidad de producir los bienes económicos,
espirituales, culturales y educativos requeridos por las grandes
mayorías del pueblo Argentino.
Requiere realizar la Reforma Agraria a efectos de aumentar la
producción agrícola y crear un mercado de consumo que permita el
desarrollo industrial.
Requiere la nacionalización del comercio exterior a efectos de
que el beneficio dejado por la producción del país se vuelque
nuevamente al sistema económico nacional, favoreciendo el
autentico desarrollo económico.
Requiere la nacionalización del manejo de divisas y de la banca,
para utilizar el crédito como palanca de desarrollo.
Requiere la nacionalización del petróleo y todo el proceso desde
la explotación hasta su comercialización, a efectos de
racionalizar la explotación de acuerdo con las necesidades del
proceso de desarrollo industrial.
Requiere con ese mismo fin y afectando similares intereses
monopólicos, la nacionalización de todas nuestras industrias
básicas-petroquímica, siderúrgica no ferrosa, etc., así como
todos los resortes económicos estratégicos (transportes,
comunicaciones, etc.)
Requiere así como éstas, toda una serie de medidas totalmente
contrapuestas con los intereses oligárquicos e imperialistas, y
cuya efectivización importará al triunfo del Pueblo Argentino
sobre sus enemigos históricos, coaligados en una espúrea
conjunción de fuerzas antipopulares. Aquí anunciamos apenas una
síntesis esquemática de nuestras principales banderas de lucha.
Es el plano político, sin estado de sitio, debemos recuperar la
vigencia irrestricta de la soberanía popular y del poder
democrático. Debemos reinstaurar el respeto a los derechos
humanos y las libertades públicas publicas en su totalidad.
Debemos reconstruir el sistema constitucional integralmente,
descentralizando el poder, devolviendo al as provincias sus
facultades, jerarquizando el Poder Judicial, prestigiando al
Parlamento. Debemos reconvertir al hombre argentino en el pilar
sobre el cual se asiente toda la estructura política de la
Nación.
En el plano económico, debemos delinear un sistema que permita
el crecimiento de nuestra economía nacional sin trabas externas
sobre la base del autoabastecimiento de los bienes estratégicos
(energía, insumos, tecnología, capitales), desmontando
totalmente el sistema basado en las finanzas y el lucro
parasitario. Debemos incentivar el trabajo productivo,
defendiendo la producción nacional de la competencia externa y
de los negociados con nuestra producción primaria. Debe
retribuirse justamente el trabajo productivo, tanto del
asalariado como del productor agropecuario, el artesano y el
industrial nacional. El hombre argentino debe ser la base del
funcionamiento del sistema económico, que debe estar a su
servicio y subvenir a sus necesidades elementales que le
garantiza la Constitución: vivienda, alimentación, salud,
vestido, educación, asistencia social, etc.
En el plano educativo debemos reconstruir el prestigio de la
publica, base formativa para los ciudadanos iguales es derecho
que requiere la democracia. Debemos lograr la reasunción por
parte del Estado de su responsabilidad en la educación de los
argentinos, comprendiendo que sólo la educación pública tiene la
obligación y está en condiciones de alcanzar a los niños y
jóvenes argentinos los elementos formativos que le garanticen la
igualdad de oportunidades. La enseñanza pública debe ser la guía
y conducción de la formación de los argentinos y debe ser
totalmente gratuita en todos sus niveles.
Se debe poner en vigencia nuevamente todos los principio
consagrados en la ley 1420, teniendo ordenada y gradualmente a
la supresión del aporte del Estado a la enseñanza privada. En la
Universidad se deben reimplantar los principio dela Reforma
Universitaria de 1918.
En el plano de la salud, el Estado debe asegurarla a toda la
población (cualquiera sea su condición social, económica,
cultural) pues es un derecho social básico. Se bebe instituir
una política nacional de educación física y deporte.
En el plano cultural, debemos promover el florecimiento de la
cultura nacional, derogar y prohibir todo tipo de censura
oficial o privada, apoyar los valores autóctonos en todas las
artes, fomentar el conocimiento de las técnicas de expresión
artísticas para las grandes mayorías y facilitar la llegada de
obras y artistas al gran público. Debe apoyarse económicamente a
los artistas para fomentar su actividad a la vez promover su
difusión. Pero fundamentalmente, debemos comprender que la gran
transformación cultural en la Argentina se logrará cuando el
pueblo asuma la plena conciencia de su situación de dependencia
( dela cual derivan los grandes problemas nacionales) y a través
de actitudes concretas se convierta en el protagonista
inexcusable en la resolución de los mismos. Para ello es
fundamental que el Estado garantice que los medios de
comunicación de masas estén al servicio de la democracia y no al
servicio del antipueblo.
En el plano internacional, debemos recuperar el rol tradicional
dela Argentina en América Latina, tendiendo a lograr la unidad
del subcontinente en forma progresiva, en los ordenes
económicos, político y cultural, así como en la educación de sus
pueblos. Debemos tender a presentarnos ante el mundo como un
grupo cohesionado y en el futuro como una sola nación con
nuestros hermanos de iberoamerica, sobre la base de nuestros
principios tradicionales de no intervención, defensa de
autodeterminación de los pueblos, solidaridad con los pueblos
del mundo que luchan por su liberación colonial o imperialista e
igual jurídica de los Estados.
9- Conclusión. Carácter dialéctico de la Contradicción
Fundamental.
La contradicción fundamental de la sociedad argentina es,
sintetizando, la que enfrenta al antipueblo (oligarquía,
imperialismo, burguesía gerencial, etc) que lucha por mantener
su dominación sobre el Pueblo Argentino (trabajadores, clases
medias, empresariado nacional no comprometido con el
imperialismo) que pugna por su liberación.
La resolución de esta contradicción será lograda con el triunfo
de las fuerzas populares, la destrucción de la oligarquía y el
imperialismo como factores de dominación actuantes en el país y
la realización de la Liberación Nacional que rompa los lazos de
la dependencia y comience la construcción de un sistema
político, económico y cultural independiente, como primer paso
hacia la construcción de la sociedad del futuro.
En la sociedad del futuro, como en toda sociedad, también habrá
alguna contradicción fundamental. Hemos enunciado aquí las
generalidades de la contradicción fundamental en la Argentina
actual. Pero también debemos ser consientes de que todo proceso
social es dinámico y que las características de la contradicción
cambian.
En la actualidad la contradicción principal tiene
características nacionales. Una vez afianzada de la Nación y
derrotados definitivamente sus enemigos, la contradicción
principal tendrá otras características, otros problemas, otros
actores, otra dinámica. Entonces definiremos la realidad
nuevamente, detectaremos cuál será la contradicción,
analizaremos los sectores sociales que lo motorizan y
propondremos su solución.
Nuestra guía será la conformación filosófica del radicalismo: el
respeto por la dignidad humana, la felicidad del pueblo, el
bienestar para todos y la realización de una sociedad justa,
libre e igualitaria.
Buscaremos la solidaridad y la fraternidad, perseguiremos
siempre la meta de la justicia integral y marcharemos tras el
ideal de la igualdad de oportunidades para todos los hombres y
mujeres.
Seguramente la contradicción principal será otra. Pero
estudiando la realidad y actuando intensamente en ella podremos
ir marcando el camino y recorriéndolo.
De nuestra resolución de la actual contradicción fundamental y
de nuestro correcto tratamiento de las contradicciones
secundarias dependerá que los problemas fundamentales de las
próximas etapas históricas argentinas no tengan la gravedad que
tiene el presente.
JUNTA COORDINADORA NACIONAL
Frente Amplio de Jóvenes Radicales Santa Fe JR
NOTA: Este cuaderno es la primera reimpresión de la versión
editada en Junio de 1983, sin corrección ni modificación alguna.
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