Porque la historia continúa, pero es la misma

POEMAS SIN DUEÑA

 

Decisión

Me he decidido a vivir
y creo afirmar que mis latidos
se convencieron de ello
He tenido ofrecimientos sinceros
para cohabitar
la extremidad de una telaraña
o para servir como testigo
de matrimonio forzado
Es más
he sido amante de la noche
con sólo cantos y bostezos repetidos
No soy creyente incondicional
de las pasas en las empanadas
de las secretarias con dos idiomas
o de la crema humectante
como único remedio para las arrugas
Me he decidido a vivir
y creo afirmar que mi nariz
se ha convencido de ello
No miento al decir que lavo
detalladamente la fruta que ingiero
por temor a la hepatitis
lo mismo hago con los espárragos
y las botellas

Escojo la corbata
que hace juego con el mundo
elijo los zapatos
que le vienen bien a mi sombra
y a mis sueños postergados.

Me encanta encadenarme
a los postes de teléfono
y anclar en una esquina
y detenerla con la frente
y avanzar por la arena
entre ruedas venenosas
luego frenar
tenderme en línea recta, en perspectiva
en ángulos de asfalto y de madera

Y a cada cual lo suyo
a cada camisa su cuello
a cada pierna de mujer
y a cada cadera su vestido
a cada misa su vino
y su pan de miga inconclusa
Nada escribo sobre los ascensores
Me he decidido a vivir

y creo afirmar que mi poesía
se ha convencido de ello
Me he decidido a vivir
a la manera de los gorriones
y de las aves sencillas

a la manera de una lluvia
que me hace estornudar
a la manera de entender
lo poco que entiendo.

 

Aromas

Me da el viento en la cara,
es una sensación agradable,
y todos los olores me evocan el aroma de tu pelo;
y lo cierto es
que no vale la pena respirar,
sino son
los aromas
indescriptibles
de tu cuerpo.

 

Presencia

Hoy hurgué en la memoria.

Y fue el único hallazgo
la nostalgia sencilla
de aquella tarde, lejos,
en la orilla del tiempo.

Donde la lluvia tibia
esfumaba el paisaje,
y ondulaba el mar
la caricia del viento.

 

Metamorfósis

A veces desearía
transformarme en objetos
cotidianos,
humildes,
olvidables,
sencillos.

Ser una lapicera.

Escribir de tu mano
un poema amarillo,
como los girasoles
O dibujar palabras...
«simple como un anillo»
extendiendo silencios
como los de Neruda.

Por otras, desearía
ser nieve y ser espuma,
y ser mar,
y ser viento,
y ser sol,
y ser bruma.

Y veces me lo creo
convirtiéndome en cosas
que derrotan distancias
para cuidar tu sueño.

Pero es todo tan leve...

Mas hay algo que es cierto,
al escuchar tu risa ,
del alma de la playa,
me convierto en el dueño.

 

¿Cómo?

Yo te transito
cómplice y amiga,
tan mía,
tan brutal,
y tan querida.

Divagando en tus bares,
en tus calles,
persiguiendo su nombre
en tus esquinas.

Intentando encontrarme
con su rostro.

Leyéndote en los bosques.

Auscultando tu noche.

Respirando el hechizo de tu playa.
Y  preguntando
sin respuesta alguna...
¿Cómo se hace sin ella Villa Gesell ?

 

Espejos
Otros espejos comparten

la desnudez de tu cuerpo

 

Cuento

Volcán ambiguo
late lascivamente entre tus piernas

Tal vez mañana,
recordarás el ayer que te negaste

Al fin y al cabo,
tras todo lo contado
sólo hay un cuento inconcluso.

 

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