Un cuentito sobre los sueños

LA  PUERTA DE GERMÁN DELGADO

 

Mientras estaba tomando un café cerca de la ventana de un bar, vi pasar a mi viejo amigo Aguirre, se acuerdan, el que siempre tiene una nueva teoría sobre algún tema.

En cuanto me vio entró y sin decirme si podía hacerlo, se sentó y pidió algo para tomar.
Inmediatamente me preguntó:

-¿Tenés sueños?

Ante esta pregunta insólita, y mientras pensaba la respuesta, porque me imaginé que quería desarrollar una de sus teorías, siguió con sus preguntas.

-¿Siempre o a veces?

-Bueno..., te diré que bastante, pero, ¿Por qué me haces esta pregunta?

-Estoy analizando los sueños porque cada vez me pasa más seguido y aparecen con más frecuencia mis seres queridos muertos, amigos, desconocidos, situaciones vividas y otras que nunca viví. Y siguió diciendo:

-Estuve hablando con algunos amigos y resulta que algunos sueñan en colores y otros en blanco y negro.

Se dice que se puede soñar despierto o dormido. Sin parar agregó:

-Creo que soñar despierto es distinto, es tener fantasías, buenas o malas, alegrías o temores, en cambio el sueño que se tiene mientras uno duerme es otra cosa. Me dio un pequeño respiro y alcancé a preguntar:

-¿Porqué?

-Porque definitivamente no estoy de acuerdo que uno siempre sueña con algo que pensó durante el día – Siguió diciendo  -Creo que dormir es como estar en un estado de muerte temporal. Se dice que el cerebro sigue trabajando. Si es así porque no quedan grabados en nuestra memoria los sueños. A veces en cuanto nos despertamos recordamos algo de lo que hemos soñado y tratamos de dormirnos de nuevo para recuperar el sueño vivido y ya no podemos hacerlo porque se esfumó y a los pocos minutos no podemos recordar nada.

Como esa tarde tenía tiempo, le dije,- seguí que me interesa.

-Estoy convencido que al dormirse se entra en otra dimensión - Arremetió – A veces parece un gran patio o un galpón enorme y se está como en una nube y se ve todo borroso, pero donde pareciera que termina existe una gran puerta. No es otra cosa que la salida o la entrada, según desde donde se encuentre y es LA PUERTA. De un lado están los seres vivos y del otro los muertos.

-¿Cuándo LA PUERTA se abre qué pasa?, le pregunté

-Se mezclan ambos mundos – Contestó –  Y podemos comunicarnos con los muertos. Es que algo nos quieren decir los muertos, nos llaman, nos dan consejo, piden ayuda. O somos nosotros los que vamos a ellos. Es evidente que algo nos atrae de LA PUERTA. Y es lógico, pues indefectiblemente es la que tendrá que atravesar algún DIA sin retorno, por eso insisto que dormir es estar en un estado de muerte temporal.

Tal vez tengamos siempre la oportunidad de cruzarla para este lado para compartir alguna noche con otros soñadores como yo. A veces creo estar sentado en una mesa con algún pariente, un amigo y hasta un desconocido (todos muertos) y que en vida no se conocieron.-  Sin tomar aire siguió: Se hicieron amigos detrás de LA PUERTA y se enteraron que tenían un amigo común entre los vivos. Se juntan y vienen a compartir mis sueños. Muchas veces me veo sentado con ellos. Y otras los veo a ellos y a mí mismo como si fuera un espectador.

Casi susurrando agregó: El otro día me fijé en el Diccionario de la Real Academia Española y definía El Alma de la siguiente manera: “sustancia espiritual e inmortal que informa el cuerpo humano, y con él constituye la esencia del hombre.”

-Te das cuenta querido – siguió – las almas son inmortales y son las que protagonizan nuestros sueños.

-Me parece que te estás extralimitando en cuanto a la veracidad de tu teoría mi querido Aguirre, le dije.

-No ves, son todos iguales. ¿Por qué aceptás las teorías de Sigmund Freud sobre la interpretación de los sueños, y que el inconsciente sigue trabajando mientras dormís? Fustigó y sin parar agregó: ¿Por qué la gente interpreta cada sueño como un número para jugar a la quiniela? Seguro que esto es marketing de los muchachos de Lotería. O tal vez fue alguien que soñó cerca de La Puerta y al escuchar voces del otro lado se le ocurrió el número 48, y después inventaron todo los demás. O me vas a decir que tiene algún fundamento. Iba a decirle algo cuando el, sin tomar aire siguió:

Volviendo a Freud, con el mayor del respeto que me merece, como puede alguien interpretar sueños de todas las personas y en toda época.

Por fin pude hablar  y le dije: Te estás pasando un poco, estás poniendo en duda estudios de alguien muy reconocido.

La respuesta fue inmediata: ¿Te das cuenta que puedo tener razón? Lo que pasa es que como uno no tiene fama nadie le cree.

Y así termino su café, se levantó y me dejó pagando, tanto el café, como con la teoría suya de los sueños.

De todas maneras, queridos amigos, duerman tranquilos, a veces suelen soñarse situaciones lindas ¿o no?

 

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