Porque la vida continúa
POEMAS SIN DUEÑA
Miradas
Aquél día
Que nos vimos
En los ojos.
Nuestras mentes
Conectaron para siempre
Ahora bajamos la vista diciendo:
No es verdad
Luminosidad
Con pasar mi mano
Por todo tu cuerpo.
Sólo con eso.
Desprenderé luz
Cómo una estrella.
Comunicación
Es magia
O que es.
Qué
Por nuestras cabezas,
Pase la misma
Onda.
Certeza
Sé que va a suceder
Pronto
Nuestros cuerpos
se fusionarán.
Apocalipsis
Te amaré
Hasta la aniquilación.
Serás mía
Hasta que la última
Montaña
Sea arena.
Dale
Tienes que ser tú
La que dé el primer paso.
Yo esperaré a que seas tú.
Te juro que esperaré.
Y si no lo das
Tendré que darlo yo.
Despesperación
Ya no puedo más
Me estoy muriendo
De ganas
De contar uno por uno,
Tus cabellos
¡Mierda!
Yo te diría:
Dale, vamos
Pero tengo tanto miedo
De que me digas que No
Como que me digas que Sí.
Eso
Yo no te hablo
Para que me escuches,
Ni para que sientas
El poder de mi mente.
Lo que yo quiero
Es que me desees...
Y tú lo sabes.
Colores
Sin querer o queriéndolo
dibujaste mi vida:
le diste uso al lápiz de tu mirada
para hacer los contornos, las esquinas,
plasmado en el papel de mi destino;
apoyaste todo el boceto encima
de los pétalos de tu cabellera
y ya lista, tranquila,
continuaste con la obra...
y no fue concluida.
(Poco tiempo después
tus lágrimas borraron unas líneas
que quedaron de más,
y otras tantas, las borraron las mías).
Faltó color en esta historia en gris diluida:
el mismo que nos podemos brindar
con el acuarela de las caricias.
San Valentín
Hoy, día de San Valentín, he salido con alguien.
No me ha sido fácil cazarlo
pues gasta la vida pensando en política,
cerrado a todos,
y en querer estar en su país,
siempre que no pueda irse:
es que el pobre es muy pobre,
y aún así ha llenado mis expectativas.
Lo quiero mucho,
sabe lo que yo quiero,
hace lo que yo quiero
y es como yo quiero.
Pero, a veces, lo detesto, lo odio,
lo quiero colgar del techo con su correa,
o hacerle 2 rayas en las muñecas
con un objeto filoso
para que muera desangrado,
o decirle que está solo,
sólo solo,
muy solo,
y, sin duda, sucumbiría.
En el fondo sabe cómo soy.
Hoy no le he regalado nada, no lo aceptaría:
ni un helado,
ni ir al teatro:
únicamente he andado con él.
He disfrutado como le gusta,
viendo las mujeres que le gustan
—esas de pelo muy negro o de pelo muy rubio o muy pelirrojas—
y admirado esa playa que visita
todos los días del año.
He compartido como pocas veces.
Mas, no ha sido fácil atraparlo, como les dije,
porque el verdadero Yo
siempre anda en otros asuntos ajenos a Uno.
Hoy ha sido un placer conocerme,
andar conmigo.
Carta
Un trozo de papel
a la derecha
una ciudad
una fecha
luego un nombre
al margen de la izquierda
más abajo palabras
la grafía
cada vez más nerviosa
y más compleja
al llegar a la firma
suspensivos
no hay saludo
posdata
ni respuesta...
Pasado
Me arrimo a ti
en una calle estrecha
y dejo pasar la sombra
que nos viene siguiendo.
Llamado
Ven esta noche,
ven todas las noches,
ven con los pies descalzos,
con tu alma desnuda,
con la sed encendida. |