Quien dijo que todo está perdido

POEMAS SIN DUEÑA

 

Oscuridad

Me gustan

las calles oscuras

porque alimentan

las falsas esperanzas

de que al atravesarlas

no vaya a suceder

nada.

Lo mejor de la noche

es conseguir volver a casa.

Lo peor

es llegar a casa solo.

La otra noche

me robó un tipo

que parecía rehuir la muerte

con escasa habilidad.

Le di cuanto tenía

sin objeción.

a condición, eso sí,

de que me acompañara hasta el portón.

Prefería a un ladrón

antes que a una asesina.

Habría sido el crimen perfecto,

porque la soledad

no deja huellas

de sus actos.

 

Previsible

Hay una película

en la tele.

Sólo es su 65 emisión.

Aún es joven.

Las cosas repetidas

no pierden su encanto,

aunque conozcas el final.

Ya sabés quién

es el asesino.

pero volverás a verla

si la emiten.

Porque no te importa una mierda

el final.

Porque sólo querés sentarte

a mirar tu vida,

en el canal de siempre

y a la misma hora.

Subí el volumen,

apagá la luz.

sentate  y tomá una copa de vino,

mientras esperas que llegue tu final.

Que ya sabes cuál es.

 

Mirada

Sombra que en mis noches

no quiere desprenderse de la luna

Y la luna...

me mira y me mira fijamente

Cuando miras así

la sombra se desprende

y te veo desnuda.

 

Huellas

Parecía tu voz

más desnuda aún,

porque la noche es

—como el vacío—

un resplandor oscuro

en medio de la luz,

una antorcha

avara y posesiva

buscando pisadas

en la playa.

 

Invitación

Te invito a beber hasta embriagarnos juntos,

pero nosotros seremos la bebida,

Quiero que calmes tu sed en mi cuerpo,

en mi músculo más vulnerable.

Yo seguiré tus señas

para bajar a esa copa

de sombras y de fantasías.

Practicaremos para estar invertidos suavemente,

para que esa lengua siga recorriéndome

con placer desmedido.

 

Despedida

Es duro decir adiós...

Contemplar la mano

que, cada vez más lejana,

mece el aire en la distancia.

Todo un ayer se marcha

en el espacio breve de un segundo,

y deja viva una chispa

que arde por siempre en la memoria.

 

Final

Si suponés que la vida es una guerra

no te faltará tu Waterloo.

Si suponés que la vida es un paraíso

no te faltará la manzana,

el ángel terrible,

la expulsión,

el exilio,

el fin de la inocencia,

el principio de la ciencia

y por lo tanto: la guerra.

Y tampoco escaparás a tu Waterloo

pero el tuyo aún tendrá sabor al paraíso...

 
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