Todo cabe en un orgasmo y en 140 caracteres sabiéndolo acomodar

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Antes uno cortito

 

Lector

Desde la ventana descubrió que el café de la esquina ya no estaba, la farmacia tampoco. Corrió a la calle y la banqueta se agrietó. Alzando el rostro pudo intuir al escritor, que malhumorado, luchaba por escribir la novela. Corrió entre los automóviles que se desvanecían. Palabras altisonantes lo rozaban, el cielo se quebraba y en pedazos caía sobre su cabeza.
Entonces, saltó hacia otra hoja.

 

Ahora sí. Advertencia: El título no se cuenta…

 

Fácilmente

Supe que estabas allí. Aún en la oscuridad seguí el camino correcto y te hice mía, dulce niña. ¡Benditas sean las feromonas!

 

Amor a primera vista

El ciego, con las yemas de sus dedos temblorosos pudo ver cada centímetro de ese rostro que se imponía hermoso ante él.

 

Tarde

Me pedías el alma y yo sólo te ofrecí mi cuerpo. Ahora, en tu ansia de entrega, me das el placer de tu cuerpo y el dolor de un alma desolada

 

Decidido

Finalmente decidí terminar aún con el único recuerdo tuyo que me quedaba y tiré tu fotografía. Aún sigo esperando que llegue al suelo.

 

Mirada

Yo contra los huevos fritos no tengo nada.
Son ellos los que me miran sorprendidos, llenos de terror.

 

Vuelos

Esas no son golondrinas que vuelven desde lugares perdidos: son mis besos, que al no encontrar tu boca, negrean el cielo buscando su nido.

 

Finalmente

Cuando escribió fin, se dio cuenta de que su personaje aún respiraba; pero ya era tarde para ayudarlo, así que apagó la PC y lo dejó morir.

 

Creación

Y un universo se creó en su interior. Las palabras se condensaron como galaxias narrativas que giraban atraídas por la fuerza de una Idea.

 

Florecer

A punto de terminar su relato, el viento se llevó las palabras. Cayeron en tierra fértil y, en primavera, brotaron cuentos de colores.

 

Conjugación

La maté, me mató, nos matamos. Luego aprendimos a conjugar correctamente los verbos, pero ya era demasiado tarde.

 

Vergüenza

Al mirar más allá de aquellos árboles, edificios y cielo del alba, descubrí a Dios contemplándome. Avergonzado, se escondió tras la luna.

 

Fortuna

Observando a su jodido marido agonizar en lecho de muerte piensa que, por fortuna, a veces la eternidad tiene los días contados.

 

Ja!

Sabes cual es la diferencia entre vos y yo? Vos  estás a 1200 Km. de distancia y yo a sólo 9 metros de ella, ni hablar. Mala leche. Jodete.

 

¡Ufa!

El juicio final no trajo alivio: vivir un día eterno sin que nada lo perturbe, es agobiante y, para colmo, del cielo no hay salida.

 

Mierda...

Silencio virtual. Ella acaba de confundir los nombres de sus amores en las ventanas del chat.

 

Amores

Hace tiempo que los encuentros fugaces no conforman a ninguna de las dos. Y encima, el otro rondando…

 

Retrosuicidio

Retrocedió en el tiempo hasta ser sólo un espermatozoide, y se dejó ganar la carrera.

 

Sentido

Los enanos tienen una especie de sexto sentido que les permite reconocerse a primera vista.

 

Apocalipsis

Pasado el arrebato, Dios se ocultó en el silencio de la eternidad.

 

Sombras

La colgó de la noche cuando se dio cuenta, que sólo lo iluminaba para acariciar su sombra.

 

Capacidad

Es tan bueno el detective que descubrió al asesino incluso antes de que el lector abriera el libro.

 

Arrepentimiento

En soledad, suspira resignado al evocar los placeres que se abstuvo para ganar el cielo. Más le pesa saber que esos recuerdos serán eternos.

 

Brillo

Tras ser detenido en posesión de cocaína, Papá Noel se defendió:
― ¿Qué... Ustedes creían que un hada iluminaba mi nariz?

 

Final

Enredado en sus enredos, dejaba fluir su mente hasta que sus ideas, enredadas a su cuello, le asfixiaron.

 

Errores

No siempre se confiar en los mapas: Oriente a veces está en otra parte, por eso los Reyes Magos se pierden y no llegan a todos los sitios.

 

Los de siempre

CORTITOS Y AL PIE

 

Puta

Se sintió avergonzada cuando el hombre detuvo junto a ella su trineo y la llamó por su nombre de pila.
― ¿Trabajando en una noche como esta?
Hubiera querido disculparse, decirle que necesitaba del dinero, que la vida de las calles acaba pronto con la juventud de las mujeres, pero…
― Mejor sube ― invitó el viejo gordo y canoso, interrumpiendo sus reflexiones ―. Trescientos sesenta y cuatro días de descanso son mucho tiempo, y el próximo será año bisiesto.

 

Búsqueda

Sigue lloviendo. La humedad penetra su piel aletargada y corre entre sus huesos como pequeños ríos sin destino. La tarde pesa. El viento gime convertido en sombra. El silencio es una horda de vacío en la garganta. Quizás al rato ―si el temporal lo permite ― salga en busca de una puta.

 

¿Quién?

La noticia estaba en la televisión: el avión donde su esposa venía se estrelló contra la cordillera aledaña a la ciudad; no hubo sobrevivientes.
— ¿Entonces quién carajo es la mujer que recogí en el aeropuerto y pasó conmigo la noche? –se pregunta, mira de soslayo la figura bajo las sábanas.
Temeroso de ver lo que no quiere, cierra los ojos y se aferra al silencio del cuerpo descarnado de su naciente soledad.

 

Agenda

Los lunes..., los lunes estaba con ella. Su juventud promediaba a la perfección con esa edad madura en que la descubrió. Se amaban a la perfección. Los lunes el tiempo transcurría a la velocidad de la luz, y cada instante contenía una era geológica.
Los martes regresaba a su esposa, el tiempo se oía transcurrir gota a gota, cada gota aun más eterna que la anterior: aburrida. ¡Y cómo la despreciaba! Ella era la tragedia de su vida, un infierno personal al que los martes estaba condenado.
Los miércoles... ¡Los miércoles! He aquí la desesperanza: los miércoles no aparecen por ningún lado.

 

Limpieza

Ya no soporto, repetía ella mientras las destrozaba.
El escritor la encontró fuera de sí sacando las máscaras del closet. La de borracho promiscuo, la de misógino, la de vicioso, la de proletario y macho.
Sólo retuvo la de gatito vulnerable a la hembra fuerte.
— ¿Qué haces? —preguntó él sintiéndose desarmado.
— Limpiando tu personalidad —contestó su amante.

 

Salvación

Conozco a una heroína. Alguien que posee la habilidad de detener el tiempo. Alguien que es capaz de acelerar los sentidos. Alguien que puede atravesar los cuerpos, pues ha agarrado mi corazón sin hacer ni un rasguño en mi piel. Alguien me he ha hecho volver a sentir.
Ahora te noto cerca, pero también lejos. "Hueles bien", pienso para mí cuando te sientas a mi lado. Me paralizas y me aceleras. Tus palabras no son sólo eso; son prodigiosas notas que tu lengua, dientes y labios afinan con precisión para componer la más maravillosa de las sinfonías... y me cautiva, me enloquece, me apresas.
Conozco a una heroína,  que, quizás sin quererlo, me ha salvado.

 

Raje

No tienen a nadie que quiera testificar ni rastro que puedan seguir tras apuñalar a la victima.
—Desde que se llevaron el cuerpo de esta plaza no hay palomas —Dice afligido un transeúnte.
—Para eso se las tiene por mensajeras, la policía quiere hacerlas hablar —Responde el otro.

 

Penal

Coloca la pelota sobre el pequeño círculo  que marcaba el punto penal. Bajo los palos, el portero se mueve tratando de desconcertarlo. A punto de finalizar el partido, un gol suyo les daría la victoria. El público aguarda en silencio. Toma aire. Carraspea y toma aire de nuevo, cerrando los ojos, como si percibiera cada molécula de oxígeno que atraviesa su tráquea. Paso a paso, va alejándose de la pelota para tomar impulso. Cruza el centro del campo, su propio arco, se abre paso entre las tribunas, sale del estadio, atraviesa la ciudad, abandona la Provincia y cruza marcha atrás uno a uno todos los países hasta que, agotado, se detiene. Entonces sonríe tranquilo, satisfecho, con esa satisfacción que da el saber que, muy lejos de donde estás, hay alguien pensando en él.

 

Paciencia

- ¿Qué querés? -, le pregunté.
- Quiero la luna—, dijo ella.
Siempre tan original. Desplegué mis alas y volé para traérsela.
- ¿Te gusta? -, pregunté.
- Es hermosa -, dijo. — Ahora quiero las estrellas, para que la luna no se sienta sola.
Y le traje las estrellas encerradas en una cajita de nácar.
- ¿Te gustan?
- Son bellas - respondió sonriendo—. Ahora quiero los planetas, para que ni la luna ni las estrellas se sientan solas.
Y así sigo, trayéndole el Universo por entregas, para que cuando ya no quede nada en el firmamento no tenga más remedio que fijarse en mí.

 

Desarmadora

Desde su niñez, dedicaba todo su tiempo libre a desarmar y volver a armar todo tipo de objetos y artefactos…

Ganó todos los Campeonatos de Ludo, Scrabble, Rompecabezas y Crucigramas, en los que participó.

Fue la mejor de su curso en la vivisección de ranas.

Armaba y desarmaba relojes digitales y mecánicos, planchas, equipos de música, televisores, computadoras, automóviles, barcos, aviones, y hasta…

A veces le sobraba alguna pieza, pero todo continuaba funcionando a la perfección.

Una noche desenfrenada, Ella desarmó pieza por pieza mi cuerpo y mi alma.

Al otro día fui a trabajar y todo transcurrió con normalidad. Llegué a mi casa, y un rato después, sentí una extraña sensación en el pecho.

Miré en mi interior y descubrí…

En eso mismo instante, Ella abrió el cajón de su mesita de noche y observó complacida, el enorme y palpitante corazón.


 

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