Que rompa o que se doble, que carajo importó

AL RADICALISMO LO MATÓ SANZ, PERO VIVE

Los dirigentes de la Unión Cívica Radical, en su mayoría, son cómplices de radicalicidio. Desde hace años, los que antes eran jóvenes al menos transformadores, han mutado en viejos transformistas y los que estaban a su derecha, caminan pegados a la pared, ya que más allá no hay nada. Pero nació una alternativa: EL Radicalismo Popular, contenido en el Movimiento Nacional Alfonsinista que se consolidará como partido luego del acuerdo logrado con FORJA. El MNA-FORJA quedará formalmente lanzado el 9 de octubre en Parque Norte, con la presencia de Scioli, Zanini y Aníbal Fernández.

 

Cada vez más lejos del partido, los funcionales a la derecha retrógrada Sanz y sus aliados, tratan de parecerse cada vez más a Macri, buscando de esta manera “una simbiosis” como dice el presidente de la UCR que existe entre ambos. Perdida la brújula en la conducción nacional, ni siquiera hay debate interno. Los precandidatos, plantean sus alianzas sin importarles demasiado la opinión de los afiliados. Los derechosos seguidores de Sanz, plantean una suerte de reedición de la vergonzante Unión Democrática. Sanz, el escurridizo, anunció que “No quiere una alianza pequeña para perder por menos, si no que hace falta una grande para ganar...  Y que no es un tema de pureza ideológica, no es una cuestión de derecha o izquierda, si no que involucre a todos los que están en contra del kirchnerismo”. Más claro imposible... “No nos une el amor, si no el espanto, será por eso que la que la quiero tanto” escribió Borges en un poema dedicado a Buenos Aires. Y hacía allí viajaron las impurezas ideológicas de Sanz al sellar una alianza con Mauricio Macri. “Uno puede ver que hay cierta simbiosis para ir juntos” –dice sin inmutarse. Y agrega que “El país necesita resolver temas estructurales con políticas de Estado acordadas con muchos sectores”. Hubiera sido lógico que desde su cargo, se hubiera preocupado por votar en consonancia con el Gobierno Nacional, para lograr imponer verdaderas políticas de Estado.

Recurrir a ingenierías electorales no solo desvirtúa la razón de ser del partido, si no que también implica actuar con irresponsabilidad ante el electorado Evidentemente, Sanz y sus seguidores, entre los que se encuentra el Jorge Martínez Salas, están convencidos que las ideologías han muerto. Y que únicamente priva el pragmatismo a ultranza y el flotar a cualquier precio. Un verdadero dislate partidario. Sanz y los suyos  caminan por el borde del precipicio. Están perdiendo apoyos en el partido y no es creíble para los sectores a los que les propone pertenecer. “Los que traicionan son siempre los mismos” – dice un apotegma político que concluye – “los que cambian, son los traicionados”.

Ninguno en el radicalismo habló de inclusión social, de políticas de crecimiento, del fortalecimiento de la economía, del recuperado prestigio internacional, del retorno a la política de los jóvenes, de la Ley de Medios, del la TV pública para todos, del Fútbol para todos, de la vuelta del dinero de los trabajadores a los trabajadores a través del ANSES, de la asignación universal por hijo, de la nacionalización de YPF, de la independencia económica, de la inclusión jubilatoria... Ninguno planteó una alternativa política diferente para debatir. No. Solo la bronca contenida, y el deseo de voltear a un modelo político. ¿Por  qué?... Solo pueden decir “Perche mi Piace” y poniendo la mejor cara de boludo agregar: “Y perche le piace a Clarín”.

 

MNA-FORJA

Leopoldo Moreau y Gustavo López son militantes del campo nacional y popular desde siempre. Acompañaron y acompañan al Frente para la Victoria desde lo ideológico y conformando, además una alianza estratégica.

El titular de Forja, Gustavo López sostiene que el radicalismo “está en su etapa final de crisis” y asegura que su partido, junto con el Movimiento Nacional Alfonsinista que lidera Leopoldo Moreau,  constituyen “la pata radical del Frente para la Victoria”  López, quien se integró al gobierno nacional hace ocho años y hoy ocupa la subsecretaría de Relaciones con la Comunidad de la Presidencia.

En 2008 “fracasa” la Concertación propuesta por el ex presidente Néstor Kirchner “porque lo traiciona Cobos”, dijo López en un reportaje, para luego subrayar: “en ese momento, cuando muchos dirigentes se iban, nos quedamos apoyando un proyecto político y un liderazgo”. “Hoy somos un partido nacional con representación en 12 provincias”, manifestó.

Por su parte, el Radicalismo Popular está teniendo un crecimiento exponencial ya que luego de la traición al ideario radical, de la entrega del partido a Macri y de la firma del certificado de defunción por Sanz y los suyos, los radicales que siempre militaron en el campo popular, entienden Moreau es la alternativa y son conscientes de la necesidad de conformar un espacio más amplio que sea capaz de vertebrar políticas superadoras con el Frente para la Victoria y que entienden   que con Moreau, López y Cristina Fernández de Kirchner hoy tienen un lugar de contención.

La integración de los espacios de origen radical que ambos Moreau y López lederan bajo un mismo sello, que podría denominarse MNA-FORJA, les permitiría alcanzar una cobertura territorial que abarque la totalidad de las provincias argentinas.  La fusión de ambas estructuras y convertirnos,  las transforman en una opción concreta en un futuro inmediato, en un partido yrigoyenista y alfonsinista, que desde la historia política, continúe en la ancha avenida del campo nacional y popular.

 

Recordando

El movimiento popular tuvo en la década del 70 y principio de la del 80 una derrota histórica, que significó para él, el desmantelamiento de sus vanguardias y el sacrificio de sus cuadros y dirigentes. Ese ha sido uno de los fines de las dictaduras Y era la única manera, sin los esclarecidos militantes luchando en el campo de las ideas, que podían los poderes económicos internacionales y locales, instaurar el neoliberalismo excluyente.

 

Errores propios

Pero en él concurrieron también otros factores, como la incapacidad que manifestaron y siguen manifestando aún las fuerzas populares  —melladas en su capacidad de análisis y elaboración táctica por la destrucción de sus cuadros de izquierda— lo que les impidió ser capaces de identificar al enemigo con claridad para, a partir de ahí, trazarse una línea de acción. Peor todavía la necedad de los mediocres dirigentes ha dividido y dispersado a las fuerzas populares, creando obstáculos para que puedan proyectarse en el plano político con su fuerza real; lo que las lleva a manifestarse como movimiento tan sólo en coyunturas críticas.

 

Movimiento Nacional Alfonsinista: En busca del tiempo perdido

El radicalismo, naturalmente, desde el 2003, debería haber trazado líneas de acción conjuntas con el kirchnerismo, con los que construyen el modelo nacional y popular y nunca jamás con la derecha ortodoxa cercana a las dictaduras asesinadoras. Ideológicamente es impensable pensar al radicalismo en una misma tribuna con Duhalde, Massa o Macri. Pero, la necesidad es realmente hereje y nos muestra una cara fantasmal, vacía de encarnadura.  Hoy, a partir de la decisión de Leopoldo Moreau y un grupo de dirigentes formados como militantes en la década del 70 y nuevos hacedores de políticas populares, las cosas parece que han vuelto a encaminarse. La alianza estratégica con el kirchnerismo, cerrada formalmente con la presencia de la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner en el cierre del Congreso del Radicalismo Popular en Parque Norte, marcó el camino a seguir: La unidad de acción de quienes tienen objetivos comunes. Por eso es un paso lógico la consolidación del MNA-FORJA como alternativa popular ante el avance de la derecha que intenta, a cualquier precio la reinstauración conservadora.

 

Los del otro lado dividen

Los medios del multimedios hacen lo suyo como los ejecutores de las políticas de exclusión, reemplazando en ese objetivo a los militares. Se cambiaron los fusiles y los tanques por tinta, audios e imágenes, pero buscando exactamente lo mismo.

La división y dispersión del campo popular fueron impuestas por los militares, en su afán de suprimir cualquier tipo de oposición organizada. Este sigue siendo hoy el objetivo de los verdaderos decisores de la oposición nacional, en la que los políticos cada vez tienen menos influencia. Es evidente que los multimedios y las corporaciones han forjado una férrea alianza, tienen a sus “dirigidos” políticos lambetrastes y quieren cavar trincheras para que los partidos nacionales y populares se guarezcan y se enfrenten. A esta batalla también la están perdiendo. Una muestra es el encuentro de Parque Norte.  Se fortalece el concepto e unidad, que no debe ser necesariamente el de unanimidad.

 

Aunque….

No hay fenómeno en la vida social que no tenga dos signos. Si la experiencia molecular y marcadamente reivindicativa del movimiento popular se constituyó en factor negativo para su unificación, al momento de inicio de la redemocratización, le proporciona, en cambio, las premisas para una estrategia de lucha por el poder y para un proyecto nuevo de sociedad. Pero, aun así, se está abriendo desde el kirchnerismo un nuevo camino al movimiento popular uno propio, independiente, muy lejos de los poderes represivos, obsesivos de la marginación, del conservadurismo, del neoliberalismo, de lo peor de la política internacional y nacional. En la lucha para consolidar su propuesta democrática, el movimiento popular necesita más que nunca de su unificación en el plano social y de la reconstitución de sus direcciones políticas. La reorganización del campo nacional y popular es hoy  un imperativo para que la idea de la transformación social, tal como se ha abierto paso en la conciencia de los dirigentes populares latinoamericanos, se convierta en realidad.

 

Los que deben ser

En ello, naturalmente, la responsabilidad mayor es del  peronismo, asumido por los dirigentes kirchneristas, el radicalismo, con los dirigentes del Movimiento Nacional Alfonsinista y el resto de los aliados naturales del Frente para la Victoria.

Debe haber mayor unidad entre todos los actores ya que partidos y organizaciones sociales no son entidades antagónicas; por el contrario son fenómenos referidos a distintos ámbitos de la vida real, a distintas dimensiones e instancias de la participación del individuo en la sociedad. Es necesario asumir su desarrollo interdependiente y armónico que apunta, inversamente, a la recuperación del hombre integral en su diversidad y riqueza y permite aspirar a la construcción de una sociedad que le ofrezca el amplio espacio que él requiere.

 

El desafío de la transversalidad

El peronismo se caracterizó por ser muy pragmático. La ideología le importó poco, lo esencial era mantener la maquinaria electoral ganadora.

Lo importante era retener el poder del partido y negociar cuotas de poder hacia adentro. El partido acompañaba al Presidente mientras a éste le iba bien en las encuestas y generaba las oposiciones y cambios necesarios cuando la opinión pública se da vuelta. Las encuestas son la clave, se convierten en las determinantes de las opciones políticas fundamentales. Eso es el partido. Cerrado. Núcleo dominante estructurado e impenetrable.

A esta posición pragmática se enfrenta el Movimiento Nacional y Popular, porque eso es el kirchnerismo: Un movimiento con sus convicciones ideológicas. El kirchnerismo debería terminar con el pragmatismo y consolidar del ideario nacional y popular, descartando definitivamente la posibilidad que la herramienta electoral, el partido se vuelque en el futuro por opciones de centro derecha, ya se trate de Duhalde; Reutemann; Macri o aún De la Sota. Debe fortalecer un escenario político dominado por un frente de centro izquierda “transversal” (catalizado por el peronismo) y una centro derecha nítida, tal como se perfila en la mayoría de las democracias modernas. Lograr que esa derecha se busque otros canales de representación, cerrándole el paso para usar la “marca registrada” del peronismo.

 

Pero al país, ¿qué le conviene?

Con una visión de mediano y largo plazo, ¿conviene que se afiance un partido hegemónico o que se fortalezca un movimiento nacional y popular  como una opción de centro izquierda que agrupe al pensamiento progresista y a los movimientos sociales?. Para un politólogo la pregunta relevante sería: Un partido peronista hegemónico, ¿es más garantía de gobernabilidad que un partido peronista transversal?  Está claro que es mucho más abarcativo y por ende más representativo de la sociedad un movimiento transversal.  La gobernabilidad es una condición necesaria pero no suficiente para revertir la decadencia argentina. Es esencial también cuáles son las ideas que predominan en las estructuras políticas y cuál es la capacidad de gestión para ejecutarlas eficientemente. El Movimiento Nacional y Popular es una instancia superadora del peronismo. Y del radicalismo. Y del socialismo. Y de progresismo intelectual Es todo eso y mucho más. Al kirchnerismo se han sumado importantes dirigentes de distintos partidos. Los más esclarecidos. Los viejos militantes de los 70 traicionados por sus estructuras y jóvenes esclarecidos que son capaces de militar desde el debate intenso.

 

Cierre

Mucha sangre corrió de los militantes del campo nacional y popular para que hoy aquellos que deberían ser aliados se enfrenten porque San Clarín lo ordena o porque esta democracia, tan generosa, permitió que tuvieran poder de decisión verdaderos represores en potencia. Enemigos del pueblo. Opositores en definitiva de sí mismos.

Hoy el camino, si bien no está libre, está muy bien señalizado. El que no lo sigue es porque no quiere.

 

 

 
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